Tarija de antaño
El Padre Bartolomé Attard y su gran aporte a Tarija
Fue uno de los fundadores de la primera Cooperativa Madre y Maestra Limitada del país, fundada el 15 de mayo de 1961, más conocido como el banco de los pobres, ya que su propósito era combatir y reducir la pobreza



Tarija tuvo importantes aportes a lo largo de su historia, valores humanos inolvidables. Uno de ellos fue el Padre Salvatore Bartolomé Attard Grima, natural de la isla de Malta, más conocido cariñosamente como el “Cura Bartolo”.
Llegó a Tarija el 2 de junio de 1956 junto a otros sacerdotes y a la orden de Carmelitas, quienes asumieron la conducción de la parroquia de San Roque el 18 de junio del mismo año, destacando entre ellos notables servidores de Cristo que perduran en la memoria de los tarijeños por su aporte a la comunidad y obra social.
Fue uno de los fundadores de la primera Cooperativa Madre y Maestra Limitada del país, fundada el 15 de mayo de 1961, más conocido como el banco de los pobres, ya que su propósito era combatir y reducir la pobreza.
En Tarija fundó la cooperativa Madre y Maestra el 11 de octubre de 1964. Esta entidad de servicio y crediticio comenzó con 35 socios. Fue miembro de la primera directiva de la cooperativa del cual destacó la creación de 96 viviendas para miembros de la cooperativa. También fundó la clínica Cometa para personas de bajos recursos.
Gestor de la construcción y crecimiento de los barrios Juan XXIII, el Carmen, Juan Nicolai y urbanizaciones como Bartolomé Attard y IV Centenario.
El reverendo Attard marcó la historia cívica del departamento al ser presidente del Comité Cívico de Tarija. Debido a diversas actividades y servicios a la comunidad, el presidente René Barrientos Ortuño le otorgó la condecoración del “Cóndor de los Andes” por el servicio a la nación.
De acuerdo al escrito de Edwin Rivera Miranda, publicado en nuestro suplemento cultural El Cántaro, el Padre Bartolomé Attard vino joven, humilde, tanto que lloraba al recordar a su madre. Hoy, se constituyó en uno de los más grandes dinámicos y mejores servidores de esta tierra.
“Comenzó formando la Cooperativa Madre y maestra y con ello supo ganarse la confianza, el aprecio y el lugar que le corresponde por su responsabilidad y honestidad. Cimentó la ayuda a los necesitados, a los que no tenían techo, construyéndoles con facilidades de pago y a largo plazo su casita”.
Según Rivera sus valores humanos, no solamente nos dan un ejemplo de grandeza cívica, de verdadero amor a su nueva patria. Bartolomé Attard sembró tanto amor cristiano que se hizo acreedor del nuestro y reconocimiento.
Escribe Rivera que Bartolomé de niño era monaguillo de su Parroquia, ya casi adolescente le tocó vivir los estragos de la Segunda Guerra Mundial en un campamento de refugiados. Él compartió con numerosas familias en ese campamento y observó que la solidaridad era lo más importante en esos momentos.
“Un día sólo compartimos entre todos, una pequeña ración de nabos hervidos; sin embargo, no decayó nuestra fe y la esperanza que habrían días mejores, cuando venga la ansiada paz, señalaría años después, en Tarija”.
La llamada del Señor se hizo sentir al terminar sus estudios primarios, ingresó al postulantado de la Orden Carmelita. Fue un joven de clara inteligencia, sincero, audaz y decidido, de palabra fácil y elocuente; su nombre de pila fue Salvador; para luego tomar con el hábito religioso Carmelita, el de Bartolomé.
Terminando sus estudios de formación sacerdotal se ofreció como voluntario, para trabajar como misionero en América Latina. Fue un visionario que cruzando el océano se avecindó en la tierra chapaca, con su bagaje de ideas, inquietudes y un genio bastante vivo.
Tomó así las cosas con bastante naturalidad, vivió una vida ejemplar sin arrugas ni tapujos: amó con la ternura propia de él a este pueblo sencillo, y comenzó a edificar cosas reales y positivas. Del discurso de posibilidades pasó con destreza a la construcción de lo que algunos aprensivos denominaron “campamentos urbanos”, pero que a la postre, sirvieron para que muchas familias tengan el ansiado techo propio. Así nacieron bajo el impulso del Sacerdote, el barrio El Carmen para pasar casi de inmediato a la construcción del barrio Juan XXIII.
De acuerdo a Rivera, entre los logros más importantes del P. Attard, se tiene la erradicación del alcohol en la Fiesta de San Roque, la reducción de la desocupación y de la pobreza. Dio la oportunidad de profesionalizarse o educarse, la solución al problema de la falta de vivienda; la creación de industrias para dar ocupación de mano de obra, mediante la construcción; la promoción del ahorro interno, el trabajo social en apoyo a la salud mediante el servicio social de la farmacia “Cruz de Malta” y el programa de salud integral, dando esto como resultado un alto sentido de espiritualidad religiosa en el barrio de San Roque (Oscar Chávez Ferreira).
Su principal obra en beneficio de la sociedad, fue a través de la Cooperativa “Madre y Maestra”, su alcance fue excepcional, en un periodo bastante difícil en la historia de nuestro país.
El 18 de octubre de 1968, el Presidente René Barrientos Ortuño, le galardonó con el “Cóndor de Los Andes”; poco después, el primer mandatario en la ciudad de Yacuiba; le obsequió el Jeep que pertenecía a Ernesto “Che” Guevara.
Consolidada la Cooperativa “Madre y Maestra” con sus importantes obras; el P. Attard se “apartó” de los Carmelitas, se fue a vivir a la Capilla de Juan XXIII y luego fijó su residencia en un pequeño ambiente situado en la cooperativa (calle Fray Manuel Mingo).
El 15 de abril de 1970, como ya apuntamos, fue elegido Presidente del Comité Cívico de Tarija, cargo que desempeñó hasta 1972. En su gestión como Presidente de la casa cívica, se definió la importancia que iba a tener la Represa de San Jacinto.
Lamentablemente, le vino una embolia por lo que tuvo que dejar sus actividades. Viajó a Chile y Estados Unidos a hacerse curar, pero nada… falleció el16 de julio de 1982, justo en la fiesta de los Carmelitas (Sra. Francisca Gutiérrez Maraz).
Sus restos mortales descansan en el Cementerio General de la ciudad de Tarija, en el Mausoleo de los Carmelitas (calle 5 entre A y B).
Honores de la ciudad de Tarija a Bartolomé Attard
El 26 de abril de 1988, se fundó el Centro de Educación Especial “Bartolomé Attard” CEEBA; así también en esta ciudad está el Instituto Técnico “Bartolomé Attard” que presta enseñanza superior en tecnología y carreras técnicas.
En la plaza de La Mujer del barrio Juan XXIII, se encuentra un monumento de Bartolomé Attard, edificado en la gestión del Alcalde Never Krayasich.
En la otrora Clínica “Attard” (avenida Víctor Paz), se erigió un busto del clérigo. Un barrio, una plaza y un pasaje de la ciudad llevan su nombre.
Apuntes sobre la temática
Galardón
El 18 de octubre de 1968, el Presidente René Barrientos Ortuño, le galardonó con el “Cóndor de Los Andes”; poco después, el primer mandatario en la ciudad de Yacuiba; le obsequió el Jeep que pertenecía a Ernesto “Che” Guevara.
Cívico
El 15 de abril de 1970, como ya apuntamos, fue elegido Presidente del Comité Cívico de Tarija, cargo que desempeñó hasta 1972. En su gestión como Presidente de la casa cívica, se definió la importancia que iba a tener la Represa de San Jacinto.
Restos
Sus restos mortales descansan en el Cementerio General de la ciudad de Tarija, en el Mausoleo de los Carmelitas (calle 5 entre A y B).