¿Cuáles son los síntomas más comunes del Covid persistente?
Guía para el Covid persistente, cuando las secuelas no te sueltan
Casi medio centenar de sociedades científicas y asociaciones de pacientes publicaron una guía clínica de atención para personas con Covid persistente o “Long covid”



Ximena Suárez tiene 40 años, se contagió de Covid-19 en una reunión de trabajo, no fue asintomática, por lo que el dolor de cabeza, de espalda y de músculos fue su peor pesadilla. A ello se sumó la debilidad extrema que, pasados los dos meses de su recuperación, aún no abandona totalmente su cuerpo. Ha escuchado ya en muchas ocasiones hablar de las terapias post Covid, fisioterapias de respiración, entre otras. Más aún, jamás pensó que ella sería una de las interesadas.
La Covid persistente es una realidad en Bolivia que, según algunas estimaciones, afecta al 10 % de las personas que se han contagiado de SARS-CoV-2. Una vez superada la enfermedad, estos pacientes no consiguen recuperar su estado vital previo. Es decir, padecen secuelas. En nuestro país no hay estudios sobre esto y poco se ha atendido el problema que se expande cada vez más. La revista de salud Consumer Eroski y expertos médicos internacionales, miembros de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) hablan de este tema.
¿Cuándo hablamos de Covid persistente?, cuando estos signos y síntomas se mantienen durante más 12 semanas y no se explican por un diagnóstico alternativo. Pero ¿qué síntomas son estos?, ¿Se pueden revertir?, ¿Hay tratamiento?, ¿La Covid persistente tiene cura?
“En los próximos meses tendremos que enfrentarnos a una gran avalancha de afectados de Covid persistente”. Con esta contundencia, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia y otras 47 sociedades científicas y asociaciones de pacientes hacen alusión a un problema que ya está aquí y que irá creciendo: se trata de las miles de personas que han superado el Covid-19 pero que arrastran secuelas. Situación similar pasa en Bolivia y por supuesto en Tarija. Incluso en el último año hubo muchos fallecimientos a causa de las secuelas del Covid.
La realidad es que este grupo de población afectada con este cuadro crece de forma paralela al aumento de los contagiados y, muchas veces, se siente desatendido.
“Las personas que padecen afecciones posteriores a la Covid-19 se sienten estigmatizadas. Han luchado para que sus casos se tomen en serio y obtengan un diagnóstico, porque la atención que reciben es fragmentada, inconexa y aislada”, señalan expertos médicos que se han unido con un fin muy concreto: consensuar una guía clínica para la atención al paciente “Long covid”.
La guía internacional, que se ha publicado en mayo, nace como respuesta a las necesidades de un gran número de pacientes afectados que han visto cómo ha mermado su calidad de vida tras la infección, y a los que durante mucho tiempo no se han reconocido como enfermos debido a que había muy poca información sobre esta nueva enfermedad.
Entre sus principales objetivos destacan, entre otros, mejorar la salud de las personas con Covid persistente, visibilizar esta patología, aumentar el conocimiento sobre la enfermedad y aplicar la evidencia disponible para mejorar el proceso de diagnóstico y el seguimiento de los afectados.
Diferencias entre Covid-19 y Covid persistente
Aunque todavía no hay una definición de Long covid aceptada de manera universal, la guía ofrece estas dos definiciones para saber qué es qué y distinguirla de otras patologías:
-Covid-19 aguda: Son los signos y síntomas que se manifiestan tras el contagio de Covid-19 y que se pueden extender hasta cuatro semanas.
-Covid persistente o long Covid: Es un complejo sintomático multiorgánico que afecta a quienes han padecido la Covid-19 y cuyos síntomas permanecen en el tiempo tras la fase aguda de la enfermedad, pasadas cuatro e incluso 12 semanas.
Cuáles son los síntomas de la Covid persistente
Fatiga, malestar general, problemas para dormir, dolor en las articulaciones, pérdida del olfato, afectaciones cardíacas, fallos de memoria, cansancio, falta de concentración… En estos meses se han descrito decenas de síntomas de la Covid persistente, aunque a grandes rasgos se pueden clasificar en tres grupos:
- Pacientes en los que predomina la afectación del nervio vago y tienen dificultades para tragar, disnea, trastornos digestivos y cardíacos.
- Pacientes que sufren brotes de fiebre y cansancio.
- Pacientes con alteración de la inmunidad y síntomas, sobre todo, neurocognitivos.
Covid persistente y discapacidad asociada
“Una de las principales características de la Long covid es la discapacidad del proceso, así como la discapacidad que generan sus síntomas”, señala el documento que, además, detalla cuáles son los 10 síntomas más incapacitantes de la Covid persistente:
1. Cansancio (astenia)
2. Malestar general
3. Dolores de cabeza
4. Dolores musculares
5. Dolores articulares
6. Falta de aire (disnea)
7. Presión en el pecho
8. Falta de concentración
9. Dolor en el tórax
10. Pérdida de olfato (anosmia)
Diagnóstico y tratamiento de la Covid persistente
La diversidad de síntomas complica que se pueda reducir el diagnóstico y el seguimiento a unas pocas pruebas. Por ello, la guía recomienda varios pasos:
Exploración física
Es la base. “Un correcto abordaje de una enfermedad con alteración multiorgánica como esta necesita un abordaje integral, con valoración multisistémica”, sostienen los firmantes. Para ello, aconsejan realizar una exploración física general (piel, articulaciones, temperatura, tensión arterial, peso, frecuencia respiratoria, etc.) y por aparatos (auscultación pulmonar y cardíaca, exploración abdominal, neurológica, oftalmológica, etc.). Con todo ello se busca descartar otras causas o problemas preexistentes y poder establecer un diagnóstico de long Covid.
Pruebas de laboratorio
Entre las más importantes: las pruebas diagnósticas de infección aguda (PDIA), las pruebas serológicas y las pruebas analíticas básicas (como un análisis de sangre completo, análisis de glucosa, perfil lipídico, perfil renal y hepático, albúmina, niveles de vitamina D, calcio y fósforo, y pruebas de coagulación, entre otras).
Analíticas específicas según el tipo de síntomas
Además de la analítica general aconsejan completar con otros análisis más específicos según el tipo de síntomas que tenga la persona. Por ejemplo, un análisis de heces en quienes tienen síntomas digestivos, un análisis de troponina o amilasa/lipasa en quienes tienen dolor torácico, o cultivos de sangre y de orina en quienes tienen brotes con síntomas respiratorios. Asimismo, se recomienda estudiar la presencia de otros virus como el de Epstein-Barr, el citomegalovirus y el herpes.
Otras pruebas
Pruebas para el estudio de la inmunidad celular (monocitos, linfocitos B y T, TCD4+, TCD8+, células natural killer, interferón gamma y respuesta celular a antígenos SARS-CoV-2 frente a proteína S, M, N, P)
- Radiología, ecografía y tomografía computarizada de tórax
- Ecografía articular
- Electrocardiograma
- Ecocardiograma
- Saturación de oxígeno
- Pruebas de esfuerzo
Tratamiento
En la actualidad, no existe un tratamiento específico para la Covid persistente. Aunque hay ensayos clínicos en marcha, tanto en España como en otras partes del mundo, no se ha conseguido la suficiente evidencia que permita recomendar un tratamiento específico. Entre los problemas para lograrlo destacan, sobre todo, la gran diversidad de síntomas, los múltiples órganos afectados y el desconocimiento fisiopatológico que origina los síntomas.
Por ello, el documento coordinado por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia propone una guía para su tratamiento sintomático con perspectiva global, a la espera de que nuevos resultados puedan orientar a los médicos hacia tratamientos más específicos y eficaces
La salud no sólo debe ser física, sino mental
¿Por qué una cuarta parte de las personas que se repusieron del coronavirus pierden cabello?, es una de las preguntas planteadas por las investigadoras en el estudio: “Más de 50 efectos a largo plazo de la COVID-19”, y la respuesta parece estar ligada al estrés postraumático, lo cual sugiere que los factores psicológicos son un aspecto crucial a tomarse en cuenta.
“La caída del pelo podría asociarse a un efluvio telógeno, es decir, a un factor estresante o a una infección sistémica que da pie a transiciones foliculares prematuras de la fase de crecimiento activo a la fase de reposo. Esto podría durar unos tres meses, pero de no atenderse podría generar un estado de angustia prolongado y, por ende, alteraciones mentales”, se alerta en la investigación.
Tras analizar decenas de miles de casos, las investigadoras calcularon que los adultos corren el doble de riesgo de desarrollar un trastorno psiquiátrico en comparación con niños y adolescentes, y que estos pueden traducirse en trastornos de ansiedad, insomnio y demencia, por lo que se recomienda diagnóstico e intervención neuropsiquiátrica para cualquiera en recuperación del coronavirus.
Por todo ello, el estudio sugiere que se requieren más estudios a fin de determinar si estos estados de salud agravados se deben al coronavirus en sí, o al estrés derivado de lidiar con una enfermedad desconocida que tiene en jaque a la humanidad y que hoy suma 2.4 millones de muertos alrededor del mundo.
El artículo concluye: “Un diagnóstico temprano, un manejo oportuno y cuidados neuropsiquiátricos son lo más recomendable para pacientes recuperándose de la Covid-19. Para gestionar mejor esto se requiere una comprensión mucho más profunda de todos estos efectos a fin de diseñar intervenciones colaborativas en clínicas con especialidades múltiples que incluyan ejercicio físico, chequeos constantes y terapia cognitiva-conductual, si ésta se requiere”.