Vida en pandemia
Madres “malabaristas”: claves para luchar contra el estrés
No es secreto que cuando del manejo del estrés se trata, la vida de mamá es un acto de malabarismo. Sin haber tenido el adiestramiento que tienen los profesionales del circo, intentas mantener en el aire innumerables tareas importantes, ¡y parece que a veces te aceleran la música!
Desde siempre el rol de una madre ha sido complicado, sin embargo, lo es más hoy en medio de una pandemia que parece no tener fin. Cuántas nos hemos desmoronado, primero por el miedo a que nuestros niños enfermen, luego por los familiares o amigos fallecidos, pero también por el recargado trabajo del hogar que hoy se ha hecho más pesado.
No es secreto que cuando del manejo del estrés se trata, la vida de mamá es un acto de malabarismo. Sin haber tenido el adiestramiento que tienen los profesionales del circo, intentas mantener en el aire innumerables tareas importantes, ¡y parece que a veces te aceleran la música!
La crianza infantil en sí misma conlleva múltiples tareas interminables que para muchas mamás resultan abrumadoras. Más allá de los estereotipos y el debate sobre el machismo a mamá “le corresponde”, no solo ocuparse de su bienestar personal, sino del de sus hijos, y en muchos casos también de la administración del hogar y de ocupaciones laborales fuera de casa. Aún en las mejores circunstancias, a diario toda mamá enfrenta cambios y problemas, sean menores o mayores. Y, ¿conoces a alguna mamá a quien le sobre tiempo?
Efectos y ejemplos
El estrés es una reacción natural a presiones físicas, emocionales y ambientales. Además, toda la familia se perjudica cuando el estrés de mamá está fuera de control, especialmente los niños pequeños. Se ha demostrado que hasta los bebés en el vientre responden alterados cuando la madre siente estrés. Y bajo la influencia del estrés, la mejor mamá puede descuidar o maltratar a sus hijos.
Según crecen, los niños aprenden de los adultos cómo manejar su propio estrés. Por lo tanto, reconozcamos las señales y síntomas de nuestro estrés, y aprendamos a aplicar soluciones sanas que nos permitan evitar sus efectos dañinos y disfrutar el maravilloso malabarismo de la maternidad.
Señales y síntomas en tu cuerpo
De acuerdo a la revista de salud Baby Center y a la doctora Marisol Muñoz, Ph.D en psicología existen determinadas señales que debemos saber identificar. Así la experta puntualiza las siguientes:
- Tu ritmo cardiaco y respiratorio, presión sanguínea y tensión muscular suben.
- Tu proceso digestivo y tu resistencia a las enfermedades bajan.
- Tu digestión cambia (acidez, estreñimiento, diarrea, etc.).
- Tus patrones de sueño cambian (insomnio, pesadillas, etc.).
- Tu nivel de energía fluctúa (agotamiento, agitación, etc.).
- Tu menstruación se irregulariza.
- Dolores, achaques, infecciones y enfermedades surgen o se empeoran.
- Sientes ansiedad, tensión, nerviosismo, preocupación excesiva, temores, temblores e incapacidad de relajarte.
- Tienes sensaciones de depresión, desilusión, tristeza, apatía, culpa excesiva e incapacidad de disfrutar.
- Sumado a ello posees sentimientos de irritabilidad, ira súbita y enojo constante.
Señales y síntomas en tu conducta
En cuanto a la conducta la experta también hace una lista:
- Descuidas tu apariencia personal.
- Descuidas tus obligaciones y responsabilidades.
- Dificultades para concentrarte, recordar, tomar decisiones y resolver problemas.
- Dejas lo empezado sin terminar.
- Te aíslas de familiares y amistades.
- Discutes y peleas con tus seres queridos.
- Dejas de practicar pasatiempos placenteros.
- Comes de más, incluso cuando no tienes hambre.
- Aumentas el consumo de cafeína, nicotina, alcohol, u otras substancias.
- Desarrollas hábitos nerviosos, tales como comerte las uñas y crujir los dientes.
- Tratas de escapar pasando horas ante la TV, el teléfono celular y la computadora.
Para Muñoz una vez que reconocemos la presencia de los indicadores físicos, psicológicos o conductuales del estrés en nuestro sentir, pensar y actuar, es hora de responder. A continuación te ofrecemos varias docenas de respuestas relajantes, las cuales han ayudado a otras mamás a manejar y reducir su estrés.
Soluciones: cuerpos sanos y mentes sanas
- Aliméntate sanamente.
- Ejercítate diariamente.
- Evita el cigarro y el alcohol.
- Haz algo para mejorar tu apariencia.
- Trata de aumentar el optimismo y la flexibilidad en tu personalidad.
- Expresa tus emociones de maneras constructivas.
- Escribe (o dibuja o pinta) sobre lo que te estresa.
- Pasa tiempo a solas frecuentemente.
Soluciones: relajación y recreación
- Toma descansos durante el día.
- Respira profundamente desde el vientre.
- Aprende a tensar y relajar tus músculos.
- Visualiza imágenes mentales positivas.
- Medita o reza regularmente.
- Regálate con ejercicios o masajes.
- Toma baños calientes.
- Baila, escucha y toca música.
- Admira o crea arte.
- Practica deportes y juegos de mesa.
- Pasa tiempo con pasatiempos (jardinería, manualidades, etc.).
- Escoge sabiamente lo que lees en libros y en Internet.
- Mira programas y películas relajantes o inspiradoras.
Soluciones: perspectiva y punto de vista
- Vive “un día a la vez”, es decir, enfócate en el presente.
- Elige por qué vale la pena afanarte.
- Acepta lo que no puedes cambiar.
- Distingue entre lo que necesitas y lo que deseas.
- Perdónate y tente paciencia.
- Motívate y felicítate por tus logros.
- Cuando falles, aprende para la próxima.
- Remplaza mensajes negativos por positivos.
- Busca lo gracioso o absurdo en las cosas.
- Sonríe frecuentemente, incluso cuando te cueste hacerlo.
- Cuenta tus bendiciones.
- Prepárate para lo peor (por si acaso), pero espera lo mejor.
Soluciones: planificación y organización
- Anticipa preparada las horas del día más ocupadas.
- Haz lo desagradable antes de lo placentero.
- Evita que las tareas crezcan o se acumulen.
- Divide las tareas grandes en pedazos manejables.
- Desarrolla eficiencia, adelantando y agrupando tareas.
- Delega lo más posible.
- Usa calendarios y libros de citas. Podrás encontrar varias aplicaciones móviles que te ayudan a organizarte.
- Permite tiempo de sobra para citas.
- Lleva libros o tareas para periodos de espera.
- Utiliza listas realistas.
- Establece prioridades.
- Di “No” a las responsabilidades opcionales.
- Organiza tu hogar.
- Reemplaza o arregla lo que no funciona.
Soluciones: apoyo y ayuda
- Rodéate de personas de influencia calmante.
- Desahógate con personas de confianza.
- Crea una red de sostén entre familiares y amistades.
- Alterna con otras familias cuidado infantil, transporte, mandados, y cosas por el estilo.
- Toma clases para padres de familia.
- Procura recursos de agencias, escuelas e iglesias en tu comunidad.
- Consulta psicólogos y terapeutas profesionales cuando los necesites.
Para la experta si cada día ponemos en práctica por lo menos una de estas recomendaciones, nos sentiremos menos estresadas y más realizadas. El estrés es parte de la vida de toda mamá.
Tres claves importantes
Hablar
Habla de tus sentimientos. Compartir las emociones con amigos, familiares o profesionales de la salud puede ser útil. Compartir problemas y soluciones con otras personas puede aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Autocompasión
Practica la autocompasión. Demasiado a menudo somos amables con los demás y somos crueles o despreciamos nuestra propia angustia. Es importante priorizar nuestro propio bienestar y el autocuidado.
Ayuda
Busca ayuda profesional. Si tiene pensamientos persistentes de autolesión, desesperanza o un aumento del consumo de alcohol o altas sustancias, no espere a pedir ayuda.