En Bolivia solo 3 de cada 10 mujeres casadas deciden sobre sus cuerpos
El silencio de las mujeres que no deciden sobre ellas mismas
Casi la mitad de las mujeres en Bolivia no pueden decidir sobre su salud, la anticoncepción y las relaciones sexuales en pareja. Solo el 55% de las mujeres están en condiciones de hacerlo



El machismo es aún muy fuerte en nuestro país, eso queda demostrado en los feminicidios diarios, en la violencia de género y en el mismo trato desigual vivido en cada paso y esfera.
El derecho a decidir de las mujeres sobre sus cuerpos, su sexualidad y su reproducción no está garantizado prácticamente en ningún país del mundo, donde los cuerpos de las mujeres se convierten en territorios de batalla sobre los que opinan diversos actores de la sociedad.
Por otro lado, las desigualdades y la discriminación, limitan el control y la capacidad de decisión que tienen las mujeres sobre ellas mismas.
Eugenia debe concertar con su pareja cuando ir al médico, en qué casos, cuándo tener relaciones sexuales y hasta cómo vestirse. A sus 22 años ha pasado de estar sometida al cuidado de sus hermanos y con cientos de obligaciones en casa de su madre a hacerse cargo de otros “deberes” y a tener “otro dueño”. Se ha casado hace un año y lo que vive le parece normal. La palabra “empoderarse” no la ha escuchado jamás. Como ella hay muchas.
En Bolivia, solo 3 de cada 10 mujeres (36%), entre 15 y 49 años, que están casadas o en unión, tienen la última palabra para decidir sobre su salud (ir al médico o a un servicio de salud, por ejemplo) y solo 2 de cada 10 deciden por su cuenta el uso de métodos anticonceptivos, según información del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) con datos de la última Encuesta de Demografía y Salud, EDSA (2016).
La información se dio a conocer a propósito de la presentación del informe del Estado Mundial de la Población 2021 que en esta edición se centra en el derecho a la autonomía e integridad corporal.
El UNFPA es la agencia de Naciones Unidas especializada en derechos sexuales y derechos reproductivos, y en la presentación del documento el Director Regional, Neus Bernabeu, sostuvo que, por primera vez, un informe se centra, con información estadística, sobre cómo las mujeres ejercen el derecho a decidir sobre tres ámbitos importantes de su vida: la atención de su salud, el uso de métodos anticonceptivos y sobre sus relaciones sexuales en pareja.
Según el UNFPA, estas decisiones fundamentales son parte del derecho a la autonomía e integridad corporal de las mujeres, es decir, el poder de decidir sobre su propio cuerpo, y que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El informe Estado Mundial de la Población 2021, en base a datos oficiales de los Estados, evidencia que casi la mitad de las mujeres no pueden decidir sobre su salud, la anticoncepción y las relaciones sexuales en pareja. Solo el 55% de las mujeres están en condiciones de hacerlo.
En la mayoría de los casos estas decisiones se toman en acuerdo con la pareja o es el esposo quien decide. La situación es mucho más limitante cuando se trata de adolescentes.
En cuanto a la violencia sexual contra mujeres y niñas, que atenta gravemente contra la autonomía corporal, en 2020 se registraron 2.097 casos, es decir, casi 6 casos por día.
El embarazo en niñas y adolescentes se considera otra manifestación de vulneración del derecho a la autonomía e integridad de niñas y jóvenes. En Bolivia, en 2020, se registraron 2.146 embarazos en niñas menores de 15 años, es decir, 6 embarazos por día; y 37.799 embarazos de adolescentes de 15 a 19 años, es decir, 103 embarazos por día.
Según el UNFPA “debemos reforzar los esfuerzos para garantizar el derecho a la autonomía corporal de las mujeres, jóvenes y niñas en el país, un derecho que se vincula al ejercicio de otros derechos como el de la integridad, el de la no violencia, el de la educación y el de la salud”.
Es importante realizar la nueva Encuesta de Demografía y Salud, que incluya todas estas dimensiones para seguimiento y se visibilice la situación del ejercicio de derechos de poblaciones en situación de vulnerabilidad como las personas con discapacidad.
La importancia del empoderamiento
El matrimonio infantil o forzado, las uniones tempranas, la falta de acceso a educación integral, la violación sexual, la homofobia o transfobia, la violencia sexual, las leyes que obligan a casarse con el violador, los asesinatos “por honor”, la mutilación genital femenina, la coacción reproductiva, las “pruebas de virginidad”, la esterilización forzada o uso forzado de métodos anticonceptivos y la esclavitud son indicadores de no tener el poder de elegir sobre sus cuerpos.
“Las mujeres y las niñas no son conscientes que tienen derecho a decir que no. La autonomía corporal sigue siendo sólo una posibilidad remota para muchas personas en América Latina y el mundo”, refirió Bernabeu.
Refirió que una mujer que tiene control sobre su cuerpo tiene más posibilidades de estar empoderada en todos los ámbitos de su vida, con lo que hay beneficios no sólo en su autonomía, sino en su salud, educación, derechos y seguridad, lo que le permitirá más posibilidades de prosperar y lo mismo a su familia y a la comunidad.
Conversatorio
El primer conversatorio “¿Quiénes deciden sobre la salud, el cuerpo y el bienestar de las mujeres y jóvenes en Bolivia?” se trasmitirá el próximo 21 de abril, a las 10:00 de la mañana, a través de la cuenta de Facebook de UNFPA Bolivia. Contará con panelistas del Ministerio de Salud, jóvenes y organizaciones de sociedad civil”.
Apuntes sobre la temática
Casamientos
En nuestra región, refieren los datos, una de cuatro niñas es obligada a casarse o vivir en pareja antes de cumplir la mayoría de edad, con lo que comprometen su salud y sus funciones futuras.
Legislación
Además, 43 naciones no cuentan con legislación que aborde el problema de la violencia sexual durante las relaciones de pareja (la violación por parte de un cónyuge) y más de una treintena restringe el derecho de las mujeres a desplazarse fuera del hogar.
Vulnerables
Las niñas y los niños con discapacidad tienen casi tres veces más probabilidades de padecer violencia sexual, y las niñas son las que corren el riesgo más alto.