No todos los padres aman

No todos los padres aman.

Ni todos los padres defienden.

Hay familias tan tóxicas que la distancia es marcada claramente y firme.

El único remedio para sanar.

No todos venimos por amor.

Fuimos no deseados.

No esperados.

No planeados.

Y en muchos casos producto de una violación, aunque nuestros padres estaban casados.

Hay madres enloquecidas que vuelcan en nosotros su ira y sus heridas.

Hay padres a quienes no les importamos ni antes, ni ahora, ni nunca.

Hay hermanos crueles abusivos, violentos y que se creen con derecho sobre nosotros.

Hay hermanos que traicionan roban, hablan mal de uno y envidian aún lo nuestro.

Hay hijos violentos, ingratos distantes y abusivos con sus padres.

Hijos que no aman a sus propios padres, que están con ellos porque les conviene o para obtener alguna ganancia.

Hay familias que nunca están o estarán para nosotros solo cuando les conviene para seguir usándonos en nombre de la sangre que nos une.

Hasta que no dejemos de romantizar la familia, la pareja, los padres, los hermanos, no podremos crecer, sanar y poner límites sanos.

Para sanar es necesario ver la sombra y el lado oscuro de nuestro árbol.

Toma fuerza y valentía para alejarte de lo que te ha dañado toda la vida.


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