Se paz

Cuando te inviten a combatir, a guerrear, a criticar, a confrontar, a separar…se paz.

Alinea tu mente con tu corazón y no prestes tu energía a los conflictos. Quienes los propician se alimentan de tu atención.

Trasciéndelos, desde lo profundo de tu Ser.

Elige no habitarlos, no darles poder.

Pon limites, perdona, comprende, suelta, disuelve.

Tu vida es aquello que eliges iluminar.

Se paz.

Cuando atravieses en tu camino circunstancias de dolor, de desesperanza, de confusión…se paz.

Alinea tu mente con tu corazón y reconoce la fuerza que anida en tu interior.

Allí́ habita lo Sagrado, guiándote amorosamente a donde debes estar para dar tu próximo paso, para integrar tu Ser a tu propósito, que es AMOR.

Agradece, se paz.

Cuando recibas desaprobación, descredito, reconoce que ello no es parte de tu esencia, no resuenes con esa dolorosa actitud.

Recuerda que a través de ella, es el ego el que se manifiesta. El ego necesita empobrecer a los demás, para enaltecer su existencia, para desplegar su protagonismo.

Entonces, irradia compasión.

Se paz.

Cuando florezca tu potencial y contigo quieran competir, elige la cooperación.

Elige “ser con otros” y darás a luz a la comunión.

Aunque los ensombrezca tu brillo, nunca dejes de brillar.

Tú eres luz. Habita en la luz

Asume el desafío de caminar tu camino desde la calificación, el diálogo, la apreciación, la entrega, la fluidez, la honestidad, la aceptación, la generosidad, el cuidado, el respeto, la humildad.

Elige la paz. Ese será́ tu mayor poder.

Habita tu ser y vive en coherencia con lo que sientes. Sin mascaras ni dobles mensajes.

Sin ataduras ni sometimientos.

Observa cuidadosamente tus vínculos. Son el fiel reflejo de tu alma. Son el espejo de tus elecciones. No hay inocencia. No hay casualidades. No hay culpables. Solo decisiones propias, que nos llevan en una u otra dirección. Somos 100 % responsables.

Eres un ser único. No lo olvides. Haz algo especial con ello.

Se paz.