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Los pescadores y las piedras

Un grupo de pescadores notó que la red que habían echado al agua pesaba mucho. Llenos de alegría (pues pensaban que estaba repleta de peces), comenzaron a cantar y a bailar, y hasta celebraron una pequeña fiesta.

Pero al recoger la red, vieron con tristeza que no eran peces, sino piedras. Entonces, comenzaron a lamentarse y a llorar. Sentían rabia, no tanto por las piedras que encontraron en la red, sino por lo que habían esperado encontrar y no encontraron.

Sin embargo, uno de los pescadores, el más viejo de todos, no lloraba, ni maldecía, sino que les dijo:

– Dejad ya la tristeza y el enfado. No sirve de nada. Sabed que la alegría tiene como hermana a la tristeza. Y así también vivimos buenos momentos, también debemos vivirlos malos de vez en cuando.

 

Moraleja: «En la vida, a buenos momentos les siguen malos y a los malos, buenos. Estemos preparados para cuando llegue el momento»


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