Ya no es igual

Cuando te asomas a la ventana, la abres y dejas que el frío erice el vello de tus brazos y endurezca la superficie de tus mejillas. Cuando tu mirada se fija en un punto inexistente del horizonte tratando de encontrar un recuerdo amable entre tanto pensamiento negativo. Cuando notas tu existencia como la película de un carrete velado por la luz. Cuando te sientes envejecer cincuenta años sin que ninguna arruga se muestre en tu frente. Cuando la luz del día te molesta y conviertes a la oscuridad en tu compañera de tristezas.

Cuando la comida se convierte en una necesidad prescindible. Cuando los gritos no quieren salir de tu garganta. Cuando las palabras son superfluas y corren a esconderse en los rincones inexplorados de la mente. Cuando tu alma pesa más que los años porque arrastra las ilusiones acumuladas, que de golpe se han convertido en chatarra. Cuando la canción más triste del mundo no logra arrancarte una lágrima.

Cuando el tiempo se detiene pero los relojes no dejan de marcar la hora. Cuando el mundo se reduce a cuatro paredes y un corazón. Cuando el teléfono se ha quedado afónico y tu voz titubeante finalmente enmudece. Cuando tu vista no puede dejar de mirar más allá de tus pies y tu barbilla encuentra cobijo entre tus clavículas. Cuando no encuentras ningún motivo por el que sonreír…

Entonces la vida no sigue igual.


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