Biografía de Cornelio Saavedra, primer presidente de Argentina (boliviano)

Cornelio Judas Tadeo Saavedra nació en la hacienda La Fonbera, ubicado en el cantón Otuyo del Municipio de Betanzos del del Departamento de Potosí, el 15 de septiembre de 1759. Las difíciles condiciones climáticas de aquella zona llevaron a la familia Saavedra a regresar Buenos Aires, de donde era oriundo el padre y madre boliviana, Don Santiago de Saavedra. Cornelio curso estudios en el Real Colegio de San Carlos destacándose por su inclinación por la filosofía. Pero no pudo concluir sus estudios y tuvo que inclinarse a las tareas rurales.

En 1797 inició su carrera en la función pública como regidor. Su destacada actuación le valen dos años más tarde la designación de procurador y en 1801, la de alcalde de primer voto. Las invasiones inglesas parecen descubrir en Saavedra una nueva vocación: la militar. Dice en sus memorias:

“este fue el origen de mi carrera militar. El inminente peligro; el riesgo que amenaza nuestras vidas y propiedades, y la honrosa distinción que me habían hecho los hijos de Buenos Aires prefiriéndome a otros muchos otros paisanos suyos para jefe y comandante, me hicieron entre ellas.”

Durante las invasiones inglesas el cuerpo de patricios, el más importante de la capital virreinal, lo eligió como comandante. Desde 1808 participo en las reuniones de la jabonería de Vieytes y en la casa de Rodríguez Peña, en la que se destacaba por su moderación y prudencia.

Fue designado presidente de la junta formada el 25 de mayo, pero su nuevo cargo parecía no agradarle demasiado, según lo cuenta en su memorias: “Con las más repetidas instancias solicite al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no solo por falta de experiencia y de luces para poderlo desempeñar sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en las revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio. A pesar de mis reclamos no se hizo lugar a mi separación. Tuve al fin que rendir mi obediencia y fui recibido de presidente y vocal de la excelentísima “junta. El presidente Saavedra chocara muy pronto con su secretario de Guerra y Gobierno, Mariano Moreno. Moreno encarnaba el ideario de los sectores que propiciaban algo más que un cambio administrativo, se proponían cambios económicos y sociales más profundos. Pensaba que la revolución debida controlarse desde Buenos Aires. Saavedra en cambio representaba a los sectores conservadores favorables al mantenimiento de la situación social anterior y era partidario de compartir las decisiones de gobierno con las otras zonas del territorio.

Tras largos conflictos internos y luego de ser deportado, es devuelto y escoltado hacia Buenos Aires para estar presente en el juicio que se le había iniciado y tras la revolución del 15 de abril de 1815, el cabildo le devolvió su grado militar. En 1818 el congreso constituyente puso término a las causas en su contra y el director Pueyrredón dicto un decreto confiriéndole el empleo de Brigadier general de los ejércitos de la Nación, con una antigüedad retroactiva al 14 de enero de 1811.  Fines de ese año fue designado jefe del estado mayor.

Durante el periodo de la anarquía se retiró a Montevideo, de donde regreso al constituirse el gobierno de Martin Rodríguez, en octubre de 1820. En 1822 se le otorgo el retiro absoluto del ejército. Siendo ya un anciano ofreció sus servicios en ocasión de la guerra con el Brasil. Murió en Buenos Aires el 29 de marzo 1829. En diciembre de ese año el gobernador de Buenos Aires, Juan   José Viamonte, traslado los restos de Saavedra a la Recoleta y le brindo un homenaje. En decreto decía: “El primer comandante de Patricios, El Primer presidente de un gobierno patrio, pudo solo pudo quedar olvidado en su fallecimiento por las circunstancias calamitosas en el que el país se hallaba; pero después de que ellas han terminado, sería una ingratitud negar al ciudadano tan eminente el tributo de honor debido a su mérito y a una vida ilustrada con tantas virtudes que supo consagrar entera al servicio de la patria.

Diputados altoperuanos en el congreso de Tucumán

Las provincias del Río de la Plata se reunieron en congreso en el Tucumán, a efecto de proclamar la independencia, y fueron invitados a concurrir a dicha asamblea las provincias del alto Perú. Muchas de estas pudieron constituir sus diputados, quienes desempeñaron honrosamente su cometido, como don Pedro Carrasco, representante por Cochabamba, que llego a presidir las sesiones del congreso, y don José Mariano Serrano, representante por Chuquisaca, que, en su calidad de secretario, redacto el acta de la independencia argentina (9 de julio de 1816).

Los letrados altoperuanos, mantenían en la política argentina. Los prestigios e influencias de la célebre Universidad de Chuquisaca; y, muchos de ellos, llevados de un fantástico propósito, la reconstitución del imperio de los incas mediante una gran confederación, idea de la que no era extraño el mismo general Belgrano, tenían establecida en los centros principales del Rio de la Plata, con algunas ratificaciones en el Alto Perú, la logia de los Huaukes (hermanos), con una organización análoga a la de Lautero, creada por San Martin.

 

*es Historiador


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