La brecha de desigualdad en educación que deja la pandemia Covid-19

A inicios del 2021 el Banco Mundial advirtió que Bolivia, junto a Panamá, México y Costa Rica, podrían convertirse en los países de América Latina y el Caribe con más deserción escolar, incluso por encima del 20 por ciento, por efectos de la Covid-19. Antes de la pandemia, en nuestro territorio nacional la deserción se había reducido de 6 a 3 por ciento. En el caso de Tarija se había tenido más éxito, porque se había bajado hasta 2,2 por ciento, según datos del Ministerio de Educación.

Si bien el Ministerio de Educación todavía no presentó datos finales y oficiales sobre deserción escolar en 2021, en los primeros trimestres se entraba a dar razón a lo que el Banco Mundial había advertido, al menos sí en Tarija, porque la Dirección Departamental de Educación de esta localidad informó a los medios de prensa local que la deserción del primer trimestre era cercana al 10%; es decir, una triplicación de la deserción escolar en tiempos de pandemia.

Pero la situación es aún más complicada en el área rural, tomando en cuenta que la modalidad de clases también era a distancia; que implicaba clases virtuales. Una muestra de esta situación son los resultados del estudio realizado el 2020 por la página We Are Social, que indica que el 65% de la población boliviana que vive en el área urbana tiene conexión a Internet domiciliario, frente a un 6% del área rural. 

Los maestros que trabajamos en el área rural estuvimos codo a codo con esa realidad, donde los estudiantes no solo no tenían conexión a Internet, sino también carecían de dispositivos tecnológicos para ello, como un celular o una computadora. 

Si alguno de los estudiantes del área rural tenía algún dispositivo, principalmente celular, el problema también era que su equipo tecnológico no tenía la capacidad o memoria para almacenar la información suficiente que demandaban los recursos didácticos preparados para las clases, como vídeos, documentos PDF o fotografías.

Otra las dificultades era que, por ejemplo, en una familia de tres hijos en edad escolar solo había un dispositivo tecnológico. Entonces, ¿cómo hacer si a dos o a los tres le tocaba clases a la misma hora? Algunos padres de familia optaron por no perjudicar al hermano mayor, optando por la deserción del más menor.

Como lo dice el estudio de la We Are Social, que solo un 6% de la población rural boliviana tiene acceso a Internet domiciliario, eso significa que el resto, si quería ejercer su derecho a la Educación, que en los papeles dice ser gratuita y una responsabilidad del Estado, el estudiante debía hacer recargas de al menos unas tres tarjetas de diez bolivianos a la semana para la compra diaria de megas. “Entonces, ¿la educación se volvió un derecho solo para los que tienen dinero? En ese contexto, la respuesta es sí.

Es por eso que en el área rural se vio la necesidad de volver a las aulas lo más pronto posible, para reducir esa brecha de desigualdades sobre el acceso a la Educación. Pero el primer trimestre de gestión escolar fue suficiente para que los estudiantes deserten y no retomen sus clases, porque no tenían las condiciones para ello.

Por eso considero importante que, los tres niveles de Estado asuman su responsabilidad para que la Educación sea gratuita y accesible para todos. La pandemia Covid-19 no se irá pronto, por lo que se debe generar las condiciones para que los niños y adolescentes tengan una educación digna, con todas las condiciones, sin que el dinero sea una limitante, como ya se vio durante el año 2020 y 2021. El Gobierno Nacional debe ampliar sus redes de Internet para una mayor cobertura en área rural y coordinar con las Alcaldías para que este servicio sea gratuito para los escolares, además de proveer de dispositivos tecnológicos. Si bien hay las computadoras Kuaa, solo entregaron para los del nivel secundario, además, no todas sirven y por el crecimiento vegetativo hizo que haya más escolares que computadoras. De lo contrario, la brecha seguirá ampliándose.

BIOGRAFÍA

María Nancy Espinoza es Licenciada en Cosmovisiones, Filosofía y Psicología, con diplomado en Manejo de Programas Tecnológicos para la Producción de Materiales Educativos. Llevo 4 años de Servicio en el Magisterio dependiente del Ministerio de Educación como Docente de las áreas de Cosmovisiones, Filosofía y Psicología, además de Valores, Espiritualidad y Religiones en la Unidad Educativa Santa Rosa de Agua Blanca Distrito Carapari del departamento de Tarija


Más del autor