¿Con la sangre en el ojo? El arte (o no) de ser opositor

Ser político de oposición debe ser un arte. Requiere experiencia, conexión con la gente, reflejo político y, fundamentalmente, compromiso con el pueblo al que representa, además de honestidad a toda prueba.

Varios personajes políticos emergentes en Tarija, han quedado en la silla opositora luego de las oleadas y contraoleadas de los tres últimos años de intensa vida política nacional que tuvo repercusiones en la política departamental.

Políticos de larga trayectoria, como Jhonny Torres, Óscar Montes, Rubén Salazar, Hermas Pérez y hasta Carlos Brú, entre otros, asumieron puestos de primera línea municipal y departamental, según el caso, apelando a su cercanía con la gente y a lo que podían rescatar como méritos en su trayectoria para vencer en las justas electorales subnacionales de marzo pasado.

La coyuntura les exigirá lo mejor de sus capacidades de gestión, luego de la crisis económica derivada de la pandemia, que llegó justo después de que Bolivia, al igual que otros países, sentía los rigores de varios años de bajas en las exportaciones y dificultades de flujo de caja consiguientes. Hoy no hay recursos suficientes y el desempleo castiga nuestra sociedad.

Pero esas oleadas políticas dejaron a los hermanos Francisco y Edwin Rosas en la banca opositora: uno en la Asamblea Departamental (Francisco) y otro en la Asamblea Plurinacional (Edwin).

Francisco Rosas, uno de los dos únicos asambleístas de la agrupación Todos, es presidente de la Comisión de Desarrollo Humano de la Asamblea Departamental, en un contexto en el que el líder de esa agrupación, Adrián Oliva, anunció su alejamiento (al menos temporal) de toda actividad política.

Edwin Rosas, por su lado, pertenece a la bancada política de Comunidad Ciudadana, liderada por Carlos Mesa, y en la que Rodrigo Paz Pereira, ex alcalde que abandonó el cargo antes de culminar una cuestionada gestión, ocupa una silla senatorial en La Paz.

Este último Rosas (Edwin), es el que decidió hacer presión sobre la administración de Jhonny Torres, alcalde de Tarija, con asuntos que ni le competen ni le manchan a este.

Así, mientras Torres y sus secretarios iniciaron la gestión en mayo pasado abriendo con maquinaria municipal la Segunda Circunvalación; anunciando cambios de fondo en la Unidad de Ordenamiento Territorial (donde se traficaron millonarios intereses),  o asegurando la pronta dotación de pruebas y medicamentos contra el Covid19 y la conformación de una mancomunidad para concretar una salida al mar por la hidrovía Paraguay – Paraná, Edwin Rosas se planteó cuestionar sus actividades, cuando la bancada de diputados de Tarija, de la que es miembro, brilla por su ineficacia por los estragos del contrabando en la economía tarijeña o velando por la oportuna y justa distribución de vacunas del nivel central al departamental para proteger de la pandemia a la población tarijeña, entre otros urgentes asuntos en curso.

La fijación de Edwin Rosas en asuntos que atañen al interés de Rodrigo Paz Pereira, por ejemplo, le hizo cuestionar al alcalde Torres sobre la limpieza de áreas municipales que se efectúa como lo anunció al asumir el cargo, incluso en el área donde se debe construir una infraestructura deportiva (Pista de Karting).

Lo curioso, sin embargo, es que en el empeño que le pone Edwin Rosas a las denuncias contra autoridades recientemente electas sobre, por ejemplo, una supuesta “obra fantasma”, parece olvidar que su propio hermano, Francisco, ex concejal en la gestión de Rodrigo Paz Pereira y también en la de su antecesor Óscar Montes, podría quedar involucrado por posible omisión en la fiscalización de obras en las que ahora denuncia presuntas irregularidades.

¿Es, tal vez, la forma de distraer la atención sobre los cambios anunciados en la citada Unidad de Ordenamiento Territorial la que motiva a Edwin Rosas a esas intervenciones públicas? En su tiempo de presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales, Rosas fue denunciado por varios vecinos  por hacer presuntos negocios ilícitos de terrenos que, a su vez, generaron problemas por planimetrías en diferentes barrios de la ciudad.

Ser político de oposición, más aún si se es diputado, requiere honestidad a toda prueba.


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