La psicomotricidad, una herramienta indispensable en el desarrollo integral de los niños

Escuché decir muchas veces a las mamás: “cuando los niños están quietos es porque están enfermos, pero cuando están en movimiento, es una buena señal de estar sanos”; pero sólo cuando fui madre, es cuando valoré el significado de estas palabras, y a decir verdad, aunque muchas veces pensé que sería bueno que mis hijos se quedaran quietitos…, al verlos enfermos preferí que estuvieran contentos, corriendo por todos lados.

Autores como: Henry Wallon y Jean Piaget destacan la importancia del movimiento corporal en el desarrollo del niño(a), ya que tiene una directa relación con su salud mental y emocional. Así, los niños y niñas al explorar con el potencial motor de su cuerpo al correr, saltar, lanzar, trepar y hacer equilibrio van adquiriendo mayor destreza en sus movimientos hasta perfeccionarlos, y de esta manera, llegan a conocerse mejor y conocer el mundo que les rodea, es decir, van logrando un desarrollo integral.

La adquisición de la coordinación de sus movimientos corporales de los niños y niñas es casi de forma instintiva, nadie tiene que obligarlos, sino que de ellos mismos nace la necesidad de controlar sus movimientos (inhibir y excitar); es más, desde que nacen los bebés ejercitan los movimientos de sus manos, pies, cabeza y tronco, luego buscan gatear y después caminar, y una vez que lo logran, practican para dar sus primeros saltos. Es así, que sin darse cuenta, los niños y niñas generan en ellos mismos una seguridad básica favorecedora del aprendizaje, sin estrés y con todas las condiciones necesarias para su desarrollo integral.

En los últimos tiempos, por la influencia del crecimiento urbano, la inseguridad ciudadana, el avance de la tecnología comunicacional, y sobre todo ahora frente al Covid 19, muchos padres de familia, prefieren tenerlos a sus hijos sentados viendo televisión, jugando en el celular, pensando así los padres, que mientras más quietos están sus hijos, estarán mejor, pero sin darse cuenta están limitando el desarrollo integral de sus hijos(as).

Además, el cambio de modalidad de enseñanza en las unidades educativas, de clases presenciales a virtuales, el cierre de los parques infantiles, y otros espacios recreativos, está llegando a aislar mucho más a los niños/as de su natural forma de desarrollo socio-afectivo, físico-motor y cognitivo.

Al respecto la psicóloga y pedagoga Heike Freire R. (Filósofa, psicóloga, pedagoga y activista española) manifiesta que la falta de movimiento de los niños/as podrían estar en la base de numerosas dolencias que aquejan actualmente a la infancia, como: obesidad, problemas motores y del lenguaje, estrés y agresividad.

Ante esta situación es necesario que los padres de familia, como principales responsables de sus hijos e hijas, tomen conciencia de la importancia de generar espacios donde sus hijos se ejerciten en el control y coordinación de sus movimientos de forma lúdica, y asimismo, es necesario que posibiliten que los niños/as pasen un tiempo en áreas verdes, como: jardines, plazuelas cercanas, y el campo, ya que tan sólo al estar en contacto con áreas de color verde liberarán su estrés y contribuirán a su salud física y emocional.

 Además, en estos tiempos de clases virtuales, los docentes deben coadyuvar a los padres de familia en la formación de los niños y niñas, dando tareas e implementando procesos de enseñanza y aprendizaje que privilegien el ejercicio en el control y coordinación del movimiento a través de cuentos, canciones y actividades lúdicas que involucren y comprometan a la familia y les permitan estar en contacto con la naturaleza, favoreciendo, de esa manera, el desarrollo integral de los niños y niñas.


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