Alfabetización, postalfabetización, ¿son valoradas?

En Bolivia, en general, la alfabetización tuvo tres fases claramente diferenciadas. La primera en la Colonia y parte de la República, en el intento de privilegiar el poder de élites, marcada por la negación del derecho a la educación de una gran mayoría de la población, principalmente pueblos indígena originario campesinos, mujeres y de bajos ingresos. En la segunda, se pusieron en práctica una serie de programas destinados a resolver el analfabetismo, la mayoría carentes de sostenibilidad y carácter asistencial, buenas intenciones sin resultados de consideración. Esos antecedentes explican que, en pleno siglo XX, gestión 2001, existían más de 1.300.000 personas mayores de 15 años analfabetas, con una tasa de analfabetismo del 13,28% (CPV, 2001), la gran mayoría mujeres y poblaciones de alta vulnerabilidad.

La tercera fase se inició en marzo de 2006, hace 15 años, con la ejecución del Plan Nacional de Alfabetización “Yo, sí puedo”, política pública que hace historia en la educación para bienestar de la población en el marco del Vivir Bien. En el periodo 2006-2019 se alfabetizó a más de 1.043.000 personas mayores de 15 años, más del 70% mujeres, reduciendo la tasa de analfabetismo a 2,26%. Bolivia es un Estado libre de analfabetismo, alcanzó la tasa más baja de su historia, está entre los tres países con mayores logros y cumplió con creces acuerdos internacionales. Paralelamente, desde 2009, se inició el Programa Nacional de Post-alfabetización “Yo, sí puedo seguir” y promovió la lectura en el conjunto del sistema educativo. En la actualidad, existen muchas personas que concluyeron la educación primaria y secundaria de personas jóvenes y adultas para luego formarse en el nivel de educación superior hasta egresar como profesionales. Los logros de la alfabetización y postalfabetización, si bien tienen directa relación con la lectura y escritura, también contribuyeron a que la población antes ignorada restituya sus derechos en la sociedad y educación. Pero, como producto de la mirada que reduce el concepto de educación a escolarización, pese su impacto social, muchas veces estos logros son ignorados o menospreciados.

Siendo un acumulado histórico del conjunto de las áreas del sistema educativo, la alfabetización y postalfabetización contribuyen al incremento de los años de escolaridad (promedio de años de estudio de la población igual o mayor de 19 años). Una mayor escolaridad es determinante para fortalecer las capacidades de desarrollo del país y el ejercicio de derechos, además fortalece los logros del sector educativo. En Bolivia el promedio de años de escolaridad de 7,4 (año 2001) se incrementó a 9,8 (2018). En promedio, a 2018, las y los bolivianos mayores de 19 años permanecen en el sistema educativo prácticamente 10 años.

La alfabetización y postalfabetización también contribuyen a la dignidad de las personas y la equidad social. La dignidad de la persona que deja de ser analfabeta se valoriza en su relación con sus hijos que son parte de la escolarización y del resto de su entorno social. Téngase en cuenta que la mayoría de las personas analfabetas eran mujeres, así también es una contribución a la equidad. Esta situación también puede verificarse con variables de carácter nacional, por ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado y medido por Naciones Unidas. En Bolivia, entre 1990 y 2019, el valor del IDH se incrementó de 0,551 a 0,718, crecimiento del 30%. Si consideramos que el IDH, entre otras variables, se incrementó por el crecimiento de los años de escolaridad y que parte de estas variables comprenden a las tasas de alfabetización y postalfabetización, nuevamente se puede verificar que el aporte va más allá de la lectura y escritura, contribuye a mejorar la calidad de la población marginada en otros tiempos.

Tenemos que dejar actitudes que ignoran logros para reconocer avances. Por supuesto, además de dar continuidad a sus acciones, más en tiempos de pandemia, también debemos seguir en permanente mejora de sus concepciones y prácticas, como la alfabetización y posalfabetización en idioma materno, vinculadas a la producción, desarrollo tecnológico y a una sociedad que se forma integralmente, así como fortalecer su pertenencia al sistema educativo. Claro, bajo el supuesto que construimos una sociedad con dignidad, inclusión y equidad. Reto para la sociedad e instancias gubernamentales.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.


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