Mi experiencia trabajando en Halloween

Este año todos hemos celebrado las fiestas y los cumpleaños de forma un poco diferente. Con el COVID-19 tuvimos cenas virtuales o simplemente no lo celebramos. Se nos dice que mantengamos los eventos pequeños, pero los funcionarios del gobierno contienen la respiración cada vez que llega un feriado, ya que esperan que muchos rompen las reglas y, por lo tanto, evidencian un aumento en los casos de COVID-19. Desafortunadamente, en Canadá tenían razón en preocuparse ya que vimos un aumento significativo en los casos después del Día de la Independencia y el Día de Acción de Gracias (a diferencia de nuestros vecinos del sur lo celebramos en octubre) y no tenían ninguna razón para creer que Halloween sería diferente. Por supuesto, es demasiado pronto para saber si Halloween será responsable de más brotes, pero si mi experiencia es un indicio de que podríamos llevarnos una pequeña sorpresa.

Dulce o truco en mi ciudad no había sido prohibido, pero los funcionarios de salud pública lo desaconsejaban. Si no estuviera prohibido, pensé que muchos aún lo harían. Pero caminando por las calles vi muy pocas casas con decoraciones y las que sí lo hicieron, tuvieron a muchos niños decepcionados que regresaban diciendo "no están respondiendo a sus puertas". La mayoría de los que repartieron caramelos lo hicieron con un cuenco al frente en lugar de abrir la puerta personalmente. Mi experiencia fue muy diferente a la de años anteriores con cada casa decorada y los niños corriendo por la calle para recoger sus dulces.

No debería sorprenderme que mis encuentros con las personas disfrazados fueran pocos. Casi ningún niño fue a pedir dulces. Una observación importante fue que casi nadie usaba máscaras, pero dado que solo son obligatorias en el interior, eso no fue una sorpresa. Normalmente, en la noche de Halloween, se veía a jóvenes y mayores disfrazados para ir a una fiesta de Halloween, pero con una multa de $us 10.000 por organizar un evento de este tipo, parecía que pocos estaban dispuestos a correr el riesgo.

En resumen, encontré mi experiencia este Halloween como una sorpresa agradable, ya que me preocupaba que muchos que experimentan la “fatiga de la cuarentena” se arriesgaran. Pero parece que estamos comenzando a captar el mensaje para estar más seguros. Con más días festivos, principalmente la Navidad, el tiempo dirá si seguimos comportándonos bien. Pero, es de esperar que esta tendencia continúe y veremos bajar el número de casos.

* Magister en Administración de empresas


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