Errores de la ideología de género

En el plano de la creación, en el misterio maravilloso de las cosas, el hombre y la mujer son la obra perfecta de Dios, en la que uno ha surgido del otro para acompañarse, apreciarse, complementarse, respetarse, constituir y realizar la vida. De la unión de dos seres diferentes se crea el...

En el plano de la creación, en el misterio maravilloso de las cosas, el hombre y la mujer son la obra perfecta de Dios, en la que uno ha surgido del otro para acompañarse, apreciarse, complementarse, respetarse, constituir y realizar la vida. De la unión de dos seres diferentes se crea el individuo, se forma la familia, se construye la sociedad.

Hay, pues, un sentido profundo, un sentido común en la vida de pareja, una complementariedad única que solo se hace entre los dos para que alcance toda su dimensión: el hombre y la mujer en lo que son similares y distintos, irreemplazables en definitiva, formadores de vida, base indispensable del amor y la familia.

En una destacada conferencia dictada en España por el doctor Juan José Panizo y doña Teresa Pérez Rada, se expuso el tema de la ideología de género, su concepto; los objetivos y finalidades que persigue; su situación legislativa; las posiciones que se adoptan; los errores y las desviaciones que comete una posición extrema opuesta a la naturaleza de las cosas, a los derechos de la persona, a la educación familiar; que criminaliza las posturas contrarias creando excesos legislativos y administrativos, propiciando discriminaciones ajenas a la propia individualidad del ser humano; la compresión de sí mismo y su derecho a resguardar su identidad humana, personal, familiar y social.

Como señala Pérez Rada citando a Chesterton, ha surgido en definitiva una “persona desvinculada de la familia y de su propia naturaleza”, y que termina siendo “plenamente manipulable por el proyecto consumista”. “Al totalitarismo —indica— no le interesan las familias sanas y fuertes, sino las personas solitarias y desvinculadas”. Bajo esa premisa: “Ahora, hombres y mujeres, como individuos sexuados, se autodeterminan más allá de su realidad biológica, bajo el amparo de un lenguaje artificial”.

La terrible presión de escoger un sexo o un género en el mundo actual sin respetar las creencias de una persona; la conformidad que tiene con su propia naturaleza, sus costumbres, su educación social y familiar; el hecho de ser hombre y ser mujer, con todas las consecuencias que del mismo se desprende, es contradictoria y perjudicial cuando se expresa como una posición del Estado, una orientación política y un mandato legal sancionador.

Si una persona tiene otras orientaciones, debe igualmente respetarse, pero sin criminalizar la otra postura, sin privilegiar una concepción particular en detrimento de la otra, sin atentar contra las libertades y derechos individuales y sociales: “El Estado se mete en la mente y la conciencia de los ciudadanos, diciendo qué y cómo hay que pensar, jugar, ver, hablar, amar, convivir y relacionarse”, señalaron.

El Estado no puede sustituir al individuo, ni invadir o destruir el rol de la familia. Antes que el Estado como organización, ambos son los principales. El respeto a la dignidad humana es fundamental. La libertad y los derechos individuales y sociales se deben preservar. En una sociedad en crisis los valores familiares se deben rescatar. La educación sexual de los menores, en principio, es un derecho de los padres y se debe resguardar y preservar su dignidad, su bienestar individual, psicológico y moral.

* Abogado e historiador venezolano, exdocente universitario; @articulistasred.

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