Comadres también es feminista

La fiesta de Comadres de 2018, ya con el siglo XXI plenamente asentado en todo el mundo, Tarija incluida, ya no es la misma fiesta de Comadres de hace 40 años. Ni de lejos se parece más allá de la exhibición de trajes folklóricos y realización de ritos como la entrega de la torta, etc. La...

La fiesta de Comadres de 2018, ya con el siglo XXI plenamente asentado en todo el mundo, Tarija incluida, ya no es la misma fiesta de Comadres de hace 40 años. Ni de lejos se parece más allá de la exhibición de trajes folklóricos y realización de ritos como la entrega de la torta, etc. La fiesta de las Comadres entonces se constituía en un acto tal vez reivindicativo en medio de una liberación en una sociedad cerrada que, dicho sea de paso, tampoco era excesivamente machista si es que hay grados en esto. La fiesta de las Comadres de hoy es sin embargo un acto de afirmación que sirve para recordar que queda mucho por hacer pero que vamos por el camino correcto. Si las más mayores ponen el acento en el cambio de rol aunque sea por un día, las más jóvenes lo ponen en su orgullo de ser mujer capaz de comerse el mundo.El feminicidio de Bermejo, de nuevo en Bermejo, es una nueva bofetada de realidad. Una familia rota y muchas víctimas llorando por la barbarie de un hombre que se creyó propietario de lo más sagrado de una persona. A lo largo del año perdemos la cuenta de las mujeres torturadas y asesinadas a lo ancho de todo el país, más de media docena cada año en Tarija en hechos que ponen los pelos de punta. Pero no paralizan. Eso sería lo último.En el camino de la igualdad entre hombres y mujeres queda una infinidad de tareas pendientes y todas deben llevarse adelante desde diferentes ámbitos. Feministas somos todos. Tienden las feministas más teóricas a despreciar los pequeños avances que hacen, por ejemplo, los grupos de comadres que de a poco incluyen algún mensaje de fondo en las letras de sus coplillas. Se asustan las feministas más de Iglesia cuando el otro sector pone sobre la mesa la lucha inclaudicable por la legalización del aborto. Se enojan unas y otras cuando se enfoca el debate sobre la cosificación de la mujer en los medios y el derecho a sentirse bellas. Es paradigmático de esta batalla feminista los lentos avances que se han registrado en la sociedad si se compara con la que abordó la población homosexual a nivel mundial, que hace cuarenta años todavía eran señalados como enfermos por la Organización Mundial de la Salud. Para entonces la lucha feminista llevaba años palpitando, pero avanzando de a poco. La inclusión homosexual en la sociedad civil está hoy plenamente naturalizada más allá de algunos nichos de resistencia que más temprano que tarde, acabarán por ceder. La inclusión de la mujer sin embargo en los centros de poder y de toma de decisiones ha avanzado mucho más despacio. Los nichos de resistencia son grandes y tercos y sobre todo, sienten muy amenazada su hegemonía. La sociedad boliviana, que insistimos no es especialmente machista, está controlada en prácticamente todos sus escenarios por hombres que, además, no quieren perder ese poder.Una de las claves ha sido que mientras los primeros se esforzaron por incluir a todos sus representantes debajo de una bandera, independientemente de sus conductas, el feminismo ha sido excesivamente sectario con todas sus representaciones. Ni que decir con quienes no cumplen los mínimos.En la búsqueda el objetivo de una sociedad más igual, que será sin duda más amable y más desarrollada, todos los gestos deben sumar. Un día de comadres, una marcha contra la violencia, un debate de San Roque. Las tradiciones sirven para entendernos mejor, también en nuestras evoluciones.La sociedad ya no tolera los mismos chistes. La violencia es tal vez el resultado de la frustración masculina, agotada en su hegemonía. La batalla ha comenzado y no será fácil, pero será irreversible. Por Sebastiana.

Ni Una Menos


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