¿Cuándo cambiaremos la hora?
El sol, sin embargo, se ha ido a las 19.04 y el resplandor ha durado una media hora más. A esa hora casi se podría decir que el 100 por ciento de los tarijeños y casi de los bolivianos estaban despiertos. Tal vez habría que descontar a algún bebé y algún trabajador de horario nocturno que...
El sol, sin embargo, se ha ido a las 19.04 y el resplandor ha durado una media hora más. A esa hora casi se podría decir que el 100 por ciento de los tarijeños y casi de los bolivianos estaban despiertos. Tal vez habría que descontar a algún bebé y algún trabajador de horario nocturno que ha aprovechado para hacer su siesta.En La Paz o Santa Cruz, donde las distancias son largas, la gente empieza a despertar tipo 6.00 para llegar a las 8.00 a su trabajo. En Tarija todos saben que se puede apurar algo más en la cama. Las revistas de TV, por ejemplo, empiezan a las 7.00 y no a las 6.00 como en el eje central del país y los micros circulan de día año redondo. En Tarija salir de la cama, preparar el desayuno, darse el baño de la mañana e incluso apurar las tareas de la U se hacen con luz natural. Por otro lado, aquellos que tienen el horario prototípico, salen del trabajo de noche o a punto de oscurecer. Ahora en estas fechas de fin de año donde la gente llena las calles, dan ganas de salir a disfrutar de la ciudad, pasear por sus parques y avenidas, tomar un cafecito en una terraza o visitar a mamá. El resto del año suelen ir a casa, prender la luz al entrar, prender la computadora, prender la luz del baño, la de la cocina para recalentar la cena, prender la lamparita del comedor para leer, etc, etc, etc.El consumo de electricidad en Tarija es eminentemente domiciliario, los picos de consumo no son en horas laborales, las industrias apenas consumen una pequeña cantidad de la factura global y son las familias quienes al final corren con los gastos y enfrentan el deficiente servicio. Se puede decir que cada tarijeño tira a la basura entre una hora y media y dos de sol cada día, mientras que las familias pagan de sus bolsillos esas horas de ocio con la luz prendida. ¿Por qué no se cambia la hora, de similar manera que se hace en casi todos los países occidentales? La respuesta tiene difícil explicación y es precisamente ese factor el que parece ser el paralizante: tener una difícil explicación.Los efectos traumáticos del cambio de hora existen y han sido teorizados sobre todo por los terapeutas más ociosos. El ahorro energético está constatadísimo, no en vano se sigue repitiendo año tras año en esos países donde se pone en práctica. El ahorro energético debería ser el principal factor tomado en cuenta por el Ministerio de Energía y la Empresa Nacional de Electricidad, sin embargo no parece preocuparles este factor mientras el consumidor pague y equilibre sus cuentas de resultados. El tarifazo de principios de año ha quedado casi olvidado.Las excusas para no modificar el huso horario al menos durante los meses de verano hacen referencia sobre todo a un trastorno horario que no justifica el gasto económico. Aquellos que necesitan levantarse al alba lo seguirán haciendo sin mirar el reloj, el resto cuando suene el despertador para llegar en hora al trabajo. Tal vez unos días algunos abran el ojo antes de hora y tal vez el hambre empiece a sentirse antes, pero no dura para siempre. El ser humano ha sido capaz de acostumbrarse a vivir a 4.000 metros de altura o en el polo norte.Parecería positivo que los bolivianos ensayemos un esfuerzo en este sentido, que nos permita ahorrar aunque solo sea por el respeto a la Madre Tierra que tanto se pregona. También sería interesante ensayar un cambio colectivo y uniforme que pusiera a prueba nuestra capacidad de adaptarnos como nación. El experimento sociológico sería positivo, y el ahorro aún mejor.