El valor de la generosidad

Se cuenta de un pastor que, durante una Navidad, decidió visitar a una comunidad indígena con víveres, juguetes y asistencia médica. En un principio, había pensado hacerlo con unos cuantos amigos, pero luego invitó a los miembros de su congregación que quisieran acompañarlo. El día...

Se cuenta de un pastor que, durante una Navidad, decidió visitar a una comunidad indígena con víveres, juguetes y asistencia médica. En un principio, había pensado hacerlo con unos cuantos amigos, pero luego invitó a los miembros de su congregación que quisieran acompañarlo. El día señalado había un buen grupo decidido a ir con él. La experiencia resultó altamente satisfactoria para todos los asistentes: observar los rostros emocionados de los niños al recibir los juguetes, mirar a las mujeres agradecidas recibiendo bolsas de alimentos y ropa, así como las palabras de reconocimiento de los pacientes atendidos por los médicos y las enfermeras, fueron momentos únicos. Todo el grupo regresó con una fuerte sensación de satisfacción y, por lo tanto, de felicidad.El dinero no es malo. La cuestión es para qué quieres usarlo. Si decides usarlo de manera egoísta, te aseguro que entrarás en una espiral interminable de insatisfacción. Es decir, nunca serás plenamente feliz porque sentirás que siempre te falta algo. En cambio, si decides usar el dinero de manera generosa, entonces, harás que otros alaben al Señor a causa de tu bondad y eso te dará grandes satisfacciones


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