Estado y subordinación de los pueblos indígenas

Es por este motivo que el mundo indígena requiere una reconciliación urgente con las estructuras estatales para comprender mejor su funcionamiento, hoy día fuertemente vinculado a la globalización. La eficacia de las consultas previas podría mejorar mucho, si previamente son corregidos...

Es por este motivo que el mundo indígena requiere una reconciliación urgente con las estructuras estatales para comprender mejor su funcionamiento, hoy día fuertemente vinculado a la globalización. La eficacia de las consultas previas podría mejorar mucho, si previamente son corregidos algunos problemas institucionales que faciliten la reconciliación y comunicación legítima con el Estado, a objeto de beneficiar también la consolidación democrática.Una agenda pendiente que el Estado y la misma sociedad deben atender  se relaciona con elementos clave como la soberanía, las migraciones internacionales, la cooperación  intercultural durante la descentralización del Estado  y la inclusión de los pueblos indígenas que estimule una mayor equidad.Respecto al problema de la soberanía, el Estado trata de defenderse de una serie de amenazas que podrían erosionar su autoridad política. La consulta a los pueblos indígenas es un aspecto que mejora la calidad de cualquier Estado democrático pero, simultáneamente, agrega algunos riesgos para el ejercicio de la autoridad central. Los pueblos indígenas buscan ampliar su fortaleza durante los procesos de consulta por medio de negociaciones definidas “de Nación a Nación”. Los indígenas representan otras naciones y el Estado-Nación se ve obligado a descentralizarse. Es por esta razón que adquiere relevancia la experiencia boliviana respecto a las “autonomías indígenas” y la autodeterminación como garantía de su propio desarrollo. El Estado se ve en la necesidad de escoger entre la protección de su soberanía, la descentralización o una mayor democratización histórica que beneficie a todas las comunidades indígenas.Asimismo, la soberanía está siendo debilitada constantemente por las migraciones internacionales debido a que existe una interconexión con otros problemas como el contrabando, el tráfico de seres humanos, armas y drogas, fenómenos que también perturban a los pueblos indígenas, complicando todavía más sus relaciones con el Estado. La percepción de diferentes amenazas no permite establecer mutua confianza entre las diferentes naciones indígenas y el Estado.Es fundamental entender mejor cómo desarrollar relaciones de cooperación  intercultural para descentralizar el Estado, respetar las decisiones indígenas en las consultas previas y solucionar las disputas a través de un diálogo político de reconocimiento mutuo entre los poderes estatales y las demandas de autodeterminación indígena.Cuando el Estado se halla imposibilitado de imponer su autoridad con el fin de controlar una serie de decisiones, políticas públicas y combatir negocios globales ilícitos, se van fragmentando mucho sus capacidades y formas de relación con la sociedad civil.Si bien el Estado intenta modernizarse para volver a intervenir en la economía, ya sea como actor estratégico del desarrollo, o como agente regulador de las estructuras de mercado, se ha hecho muy poco en los esfuerzos para incentivar el funcionamiento estatal en entornos interculturales. Un Estado con problemas de soberanía y legitimidad en relación con diferentes grupos de la sociedad encuentra varios obstáculos para fomentar la inclusión de diferentes pueblos indígenas desde una orientación intercultural, lo cual dificulta, tanto los procesos de consulta previa como una mayor y mejor democratización de la sociedad en términos de equidad.Actualmente, los pueblos indígenas siguen juzgando al Estado como una red de instituciones agresoras. No ha mejorado la entrega de diferentes servicios, básicamente porque el tipo de Estado en América Latina tiene una orientación mucho más “urbana”. La modernidad conectada con altos índices de urbanización y la interconexión entre progreso tecnológico, inserción en los mercados globales y mejores condiciones de vida exigen la formulación de políticas públicas con un énfasis urbano, en contraste con las áreas rurales que son consideradas tradicionales y destinadas a urbanizarse tarde o temprano.Para los pueblos indígenas, la construcción de un modelo de desarrollo con un enfoque urbanizado expresa un carácter discriminatorio que profundiza la desigualdad. Es por este motivo que el Estado se mostraría como un conjunto de instituciones que actúan en contra de las relaciones interculturales, encontrando mucha resistencia o insubordinación por parte de las culturas indígenas, consideradas como “subalternas”.

*es sociólogo, doctor en ciencia política y relaciones internacionales, miembro de Yale World Fellows Program.


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