Esas famosas “siete hermanas”
Pero hay otros acontecimientos que también se pueden relacionar y son menos simpáticos, como la presencia de corporaciones petroleras en nuestra región (las viejas “Siete Hermanas), donde siguen “haciendo noticia”, lamentablemente no positivas. El tema es casi interminable, la Repsol en...
Pero hay otros acontecimientos que también se pueden relacionar y son menos simpáticos, como la presencia de corporaciones petroleras en nuestra región (las viejas “Siete Hermanas), donde siguen “haciendo noticia”, lamentablemente no positivas. El tema es casi interminable, la Repsol en el Caribe, la Chevron en la Argentina (y en el Ecuador) y hay mucho más.Pero por ahora quedémonos en la Chevron, que nos afecta directamente, porque la que ahora se llama Chevron, es la antigua Standard Oil, que se fusionó con Texaco para formar Chevron-Texas y su actual nombre es Chevron Corporation y acaba de asociarse con YPF, de Argentina.Ese es problema de los argentinos, ahora, pero cuando se llamaba Standard y se involucró en la Guerra del Chaco, más “suya” que “nuestra”. No lo olvidamos y esa memoria hay que preservar. Por eso, digamos algo más de Chevron, la corporación que vertió 18 mil millones de galones de agua tóxica en los bosques tropicales del Ecuador sin ningún tipo de reparación, destruyendo los medios de subsistencia de los agricultores locales y enfermando a las poblaciones indígenas. Ese problema está vivo y vigente.Y trajimos a cuento al Ecuador, porque lo que de alguna manera frenó los atropellos del “Cartel de las Siete Hermanas” petroleras, fue la organización de la OPEP, por iniciativa de Venezuela y con la participación ecuatoriana luego.Sigamos con” la Standard” que en 1984 adquirió la propiedad de la Gulf Oil Corporation por un importe de 13.400 millones de dólares y cambió su nombre por el de Chevron, firma que hace poco fue clasificada por la revista Fortune como la quinta empresa con mayor caudal monetario del mundo.Con la Gulf también tenemos “nuestra” historia, pero esas son solamente algunas de las muchas historias (terroríficas) que en todo el mundo tienen las corporaciones petroleras y dudamos que exista (o alguien invente) un fin para esas historias.Si creyéramos en las coincidencias o en las casualidades, diríamos que eso de que la petrolera estatal argentina, YPF, haya salido de una sociedad con la petrolera Repsol y esté iniciando otra con la Chevron, se parece mucho a esa moraleja de saltar del sartén al fuego.Pero dejemos a los argentinos con lo suyo, para eso es país soberano, aunque no estaría mal mantenernos alerta, porque se supone que también para eso deben servir los proyectos de integración regional, en los cuales Bolivia está involucrada y comprometida.Para no dejar una parte del cuento en el aire, recordemos que a las corporaciones petroleras transnacionales les puso el nombre de “Cartel de la Siete Hermanas”, el político italiano Enrico Mattei y que de esa historia hasta una película se hizo. Se llamó “El caso Mattei”.Eso fue hace “apenas” medio siglo y muchos no lo vamos a olvidar.