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¿Es o no es verdad? De Yalta a Tiquipaya

Pues ésta fue mi reacción al ponerme a escribir algo  sobre la 42ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos. Anoto que a este tipo de reuniones internacionales y pluriculturales, se les da el título orográfico (no siempre  honorífico) de “cumbres”.Pues bien, al...

Pues ésta fue mi reacción al ponerme a escribir algo  sobre la 42ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos. Anoto que a este tipo de reuniones internacionales y pluriculturales, se les da el título orográfico (no siempre  honorífico) de “cumbres”.Pues bien, al enterarme de que se iba a llevar a cabo la cumbre de Tiquipaya, mi imaginación corrió veloz a la que se celebró en Yalta, a las orillas del Mar Negro en 1945, al final de la II Guerra Mundial y en la que sus protagonistas, Churchill, Franklin D. Roosevelt y Stalin se repartieron el mundo según sus intereses. Anoto que, por entonces, este tipo de acontecimientos no se llamaban cumbres, sino conferencias.Este domingo de junio del 2012 se reúnen los cancilleres latinoamericanos, excepto Cuba y tal vez algún otro que, a última hora habrá anunciado su ausencia. La cuestión central de la asamblea es la “Seguridad Alimentaria y Soberanía Política”. Pero está previsto que, más allá de este asunto, saltarán otros, tales como la reivindicación marítima de Bolivia, y el reclamo argentino sobre las Malvinas.Imagino que, sobre la seguridad alimentaria no faltará el diplomático ajeno al adefesio del bolivarianismo de Hugo Chávez, tendrá la honradez de recordar que, si varios países latinoamericanos y del Caribe todavía padecen hambre, no es por la hostilidad de la naturaleza de sus países sino por la administración de sus recursos. Venezuela importa la mayor parte de los productos alimenticios que consume. Y mirando más allá la escasez de alimentos en la región, depende también del fracaso de las organizaciones integracionistas que no han sabido complementar las economías de la región. Y en lo que se refiere a la soberanía política, hay que esperar que la asamblea despliegue una tempestad de rayos y truenos contra el imperialismo de los Estados Unidos, “dejá vu”.Acerca del derecho boliviano a una salida útil y soberana al mar, el Sr. Canciller, David Choquehuanca ya ha pronunciado su propia sentencia: que Bolivia no necesita pedir una vez más que la asamblea ratifique la resolución de la otra cumbre del año 1979 en la que la OEA reconocía que el diferendo boliviano-chileno era de interés hemisférico y no solo bilateral. Chile ya adelantó que su país no moverá un dedo para apoyar aquella resolución. Lamentablemente la diplomacia boliviana ha vuelto a su peculiar inercia. Salvo la decisión del Sr. Presidente de llevar el asunto a los tribunales internacionales.Imagino que algo parecido ha de ocurrir con el reclamo de Argentina sobre las Malvinas que, aún cuando no figura en la agenda oficial, es muy probable que salga a flote en Tiquipaya. El Reino Unido ya decidió que la respuesta la tienen los habitantes de aquellas islas: Elijan ¿Quiere ser británicos o argentinos?Veremos cómo se desarrolla la asamblea panamericana. Como es habitual, se oirán los consabidos discursos repetitivos sobre “el concierto de las naciones latinoamericanas”, “lucharemos contra la pobreza”, “reafirmamos nuestros deseos de paz y prosperidad”, y demás filigranas conocidas por repetitivas en todos esos encuentros.

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