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En el Día del Trabajo

Por eso, en  casi todo el mundo (excepto en los Estados Unidos) se sigue honrando a aquellos obreros que defendiendo su trabajo se volvieron mártires en Chicago, pero eso se nota claramente que es un homenaje “de dientes para afuera”, porque en la dura realidad el desempleo, la falta de...

Por eso, en  casi todo el mundo (excepto en los Estados Unidos) se sigue honrando a aquellos obreros que defendiendo su trabajo se volvieron mártires en Chicago, pero eso se nota claramente que es un homenaje “de dientes para afuera”, porque en la dura realidad el desempleo, la falta de trabajo, es el equivalente moderno de las plagas bíblicas. No solo se ha convertido en uno de los mayores problemas de la humanidad sino que no se avizora quien pudiera detenerlo.Seguramente muchos se ocuparan de hablar y escribir sobre esto hoy, por liturgia, pero eso no cambiará la crítica situación de los millones de desempleados en el mundo y de los que trabajan con inocultable precariedad y tienen el desempleo como espada de Damocles.Y aunque debería preocuparnos mucho más el desempleo en Bolivia, como el fenómeno es también transnacional, como son las corporaciones capitalistas “de moda”, da lo mismo que hablemos del desempleo aquí que del desempleo en España (realmente crítico) o en los Estados Unidos, donde también es un problema agudo, pero sistemáticamente escondido o disimulado.Por eso apelamos una vez más a Marcelo Gullo, quien en su trabajo “La crisis estructural del poder norteamericano y la conformación de un nuevo Sistema Internacional metacéntrico” hace un análisis muy atinado sobre ese desempleo que las autoridades del norte se empeñan en disfrazar. Dice Gullo: “Con la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, que sella la alianza de la elite político-militar norteamericana no ya, con la vieja burguesía industrial norteamericana, sino con la burguesía financiera internacional, los Estados Unidos adoptan como doctrina de Estado, el neoliberalismo. Para salir de la crisis económica la elite política, intelectual y  militar norteamericana cree que los Estados Unidos deben fomentar una nueva división del trabajo a nivel internacional donde los Estados Unidos se reservarían para sí mismos, la producción de la alta tecnología - que exigía gastos en investigación gigantescos que sólo el gran Estado norteamericano podía subsidiar-  y el control de cuatro grandes monopolios a saber:  1.) Los monopolios que operan en el campo del control de los flujos financieros de envergadura mundial. 2.) Los monopolios que operan en el acceso a los recursos naturales del planeta, en este caso en alianza con el poder británico.  3.) Los monopolios que operan en el campo de las comunicaciones y de los medios de comunicación.  4.) Los monopolios que operan en el campo de las armas de destrucción masiva.No se percibe que esa concepción “gringa” sobre el trabajo y su división internacional cambie y por eso, la que encabeza las metas del milenio “Conseguir pleno empleo productivo y trabajo digno para todos, incluyendo mujeres y jóvenes” seguirá siendo letra muerta.Como todas las otras metas. Especialmente la que se refiere al trabajo.

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