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Japón: Otra vez la historia

El diferendo, que de una u otra maneras incide en la marcha de las relaciones entre las partes con Tokio, surge a raíz de la divulgación de nuevos textos de Historia, catalogados de tergiversar, subestimar u omitir el papel del ejército imperial japonés en territorios de este populoso...

El diferendo, que de una u otra maneras incide en la marcha de las relaciones entre las partes con Tokio, surge a raíz de la divulgación de nuevos textos de Historia, catalogados de tergiversar, subestimar u omitir el papel del ejército imperial japonés en territorios de este populoso continente, el más poblado de la tierra.El Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología del Japón aprobó el uso de esos materiales de estudio -revisados por historiadores nacionalistas- que se emplean en las escuelas de las diferentes enseñanzas del archipiélago, pese a las enérgicas protestas de los asiáticos.De acuerdo con declaraciones de Beijing, Pyongyang, Seúl y Manila, entre otros, esos controvertidos libros para estudiantes de secundaria desvirtúan o maquillan las atrocidades perpetradas por el ejército imperial japonés iniciada en 1910 en Corea y a partir de 1931 en China.Así tenemos que , durante su rápida expansión por la región, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, los militaristas nipones ocuparon además a Singapur, Malasia, Filipinas, Tailandia, Birmania (Myanmar) y Vietnam e islas continentales.Esos textos históricos califican la invasión a esas naciones de “un avance para modernizarlos” e, incluso, denominan como “un incidente” la masacre de 300 mil civiles chinos en la ciudad de Nanjing en 1937, como denuncian académicos y autoridades de Beijing.Se suman las acusaciones de organizaciones sociales y políticas del Norte y el Sur de Corea sobre las manipulaciones de estadísticas realizadas por omitir la existencia de las 200 mil esclavas sexuales reclutadas por el ejército japonés para la prostitución, o placer de sus tropas (burdeles) en los campos de batalla.El viejo disgusto se tensó ahora cuando China rechazó en marzo las últimas revisiones a los libros de texto japoneses que presentan a las Islas Diaoyu como parte de su territorio y reducen el número de víctimas en la Masacre de Nanjing.Según Beijing, las Islas Diaoyu y sus islotes adyacentes han sido una parte inalienable del territorio chino desde la antigüedad y cuenta con su soberanía indiscutible, y cualquier intento de alterar ese hecho será inútilEn cuanto a la Masacre de Nanjing, perpetrada durante la II Guerra Mundial, China la califica de un crimen atroz cometido por los militares nipones durante su invasión al país, y existen pruebas sólidas y una conclusión internacionalmente aceptada sobre este asunto.“Esperamos que la parte japonesa trate el asunto y los problemas históricos de manera apropiada y se apegue al principio de aprender de la historia mirando al futuro, advierte.En aquel contexto, el 13 de diciembre de 1937 el ejército japonés invadió Nanjing y en las seis semanas siguientes sus tropas incendiaron y saquearon, violaron en masa a decenas de miles de mujeres y asesinaron a entre 150 mil y 340 mil personas, según distintas fuentes históricas.Aquella despiadada y prolongada matanza es todavía poco conocida fuera de Asia, aunque cada vez se la recuerda más gracias a libros como La violación de Nanjing, de Iris Chang, o películas como Ciudad de vida y de muerte de Lu Chuan, Palma de Oro en el Festival de San Sebastián en 2009.Esa invasión japonesa, entre el verano de 1937 y el final de la II Guerra Mundial, en septiembre de 1945, provocó, entre asesinatos directos, soldados caídos y víctimas de epidemias, hambre y experimentos médicos, la muerte de más de 19 millones de chinos.

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