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Reflexiones desde el Cursillo Pedir

En el evangelio de (Lc. 11 – 9, 13) Jesús dice: “Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá, porque quien pide recibe y quien busca halla y al que llama se le abre”.Apoyados en las palabras de Jesús nosotros acudimos a su bondad para pedirle por nuestras necesidades...

En el evangelio de (Lc. 11 – 9, 13) Jesús dice: “Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá, porque quien pide recibe y quien busca halla y al que llama se le abre”.Apoyados en las palabras de Jesús nosotros acudimos a su bondad para pedirle por nuestras necesidades espirituales y materiales.El Señor escucha toda súplica hecha con confianza y con humildad, muchas veces no nos concede según nuestra voluntad porque eso que pedimos no es conveniente aunque para nosotros sea valedero, pero Dios que todo lo sabe y todo lo ve, conoce lo que es bueno y lo que no lo es para cada uno de nosotros.Si leemos el pasaje hasta el final constataremos que lo que Jesús nos aconseja es el Espíritu Santo el don mesiánico en el cual se resumen todas las gracias.La oración por excelencia es el padrenuestro la que el mismo Jesús nos ha enseñado palabra por palabra y allí nos invita a pedir “el pan nuestro de cada día” es decir poder satisfacer nuestras necesidades terrenales porque El desea para nosotros una felicidad lo mas completa posible. Pero esta petición Jesús no la presenta como la principal, porque quiere para nosotros en primer lugar la felicidad eterna ante todo nos enseña a rezar para que sea santificado el nombre de Dios y que pidamos que venga a nosotros su Reino y que  se haga su voluntad en toda la tierra. Con esto Jesús nos enseña a dilatar nuestro corazón sobre la humanidad, invocando la venida del Reino de paz. La oración no tiene que tener como meta principal el bienestar, sino buscar “Lo único necesario” Dios. Jesús nos pide, nos enseña, nos exhorta para que no caigamos en el peligro de sumergirnos en las preocupaciones terrenales y a no aferrarnos por las necesidades mundanas si buscamos el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás nos dará por añadidura, y ya veremos las maravillosas añadiduras que nos dará El Señor.Muchos viven buscando el amor de Dios y esto es signo de esperanza de salvación, son los que oran e interceden por el mundo ante Dios desde luego sin descuidar el bienestar terrenal para si mismo y para sus seres queridos. Confiar en el Señor es lo necesario para encontrar la paz, para no sentirse agobiados, confiando comprobaremos como El Señor provee nuestras necesidades.Lamentablemente también son muchos los que profesan una fe superficial, habitualmente no se acuerdan de Dios, se acuerdan de El, solo cuando necesitan obtener favores materiales, con oraciones interesadas como si Dios solo fuera necesario para satisfacer las necesidades terrenales.El cristianismo es una vocación a la dicha, los cristianos apuntamos a una solución que creemos que es válida y es la esperanza en la misericordia de Dios; Quien con todo su amor nos enseña a rezar a pedir y con ello nos ofrece su misericordia.Nuestra vida es una constante búsqueda, nuestras actividades, nuestro trabajo, nuestras preocupaciones giran alrededor de la ilusión de ser felices. Desde la creación del hombre a través del tiempo, el hombre busca llenar el vacío que todos llevamos dentro, es un ansia de sentirnos satisfechos, felices.Esta ansiedad, este vacío solo se llenará con la presencia de Dios porque si Dios existe solo El tiene que ser la felicidad porque El es el principio y el fin, El es el todo.

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