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Pensamiento critico

Se armó un “impasse” que ahora está en manos de la Cancillería y dejaremos que sea ella la que se ocupe de eso. Es su función.Sucede también que hace dos días, un “político de oposición” se lanzó armas en ristre contra el gobierno boliviano, acusándolo de violar algunas...

Se armó un “impasse” que ahora está en manos de la Cancillería y dejaremos que sea ella la que se ocupe de eso. Es su función.Sucede también que hace dos días, un “político de oposición” se lanzó armas en ristre contra el gobierno boliviano, acusándolo de violar algunas convenciones internación ales. Pero tampoco vamos a ocuparnos de eso, aunque ese “político de oposición” es un militar retirado que tuvo sus propios líos a propósito de armas, unos misiles de fabricación china entregados a la embajada estadounidense que no tenía nada que ver en el asunto. El caso está todavía pendiente de explicación satisfactoria y tampoco nos ocuparemos de eso.A propósito de la política, queremos ocuparnos del “pensamiento crítico”, que debería caracterizar a esa que antes era una delicada función en la sociedad y se ha vuelto ahora un festín de dimes y diretes, que parece carnavalero, aunque estemos en semana santa.Dice la enciclopedia que “pensamiento crítico es una actitud intelectual que se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los razonamientos, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas”. También se define, desde un punto de vista práctico, como un proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia para llegar, de forma efectiva, a la posición más razonable y justificada sobre un tema, y en la cual se procura identificar y superar las numerosas barreras u obstáculos que introducen los prejuicios o sesgos.Luego, todos los seres que tienen conocimiento e inteligencia (supondremos que los políticos la tienen, aunque se empeñan en probar lo contrario) deberían privilegiar el pensamiento crítico y sobreponerlo a “prejuicios y sesgos”. Pero no es así, o al menos muy pocos lo hacen.Estamos virtualmente bombardeados por afirmaciones y opiniones de “políticos” (a quienes por eso los mencionamos entre comillas), que censuran o elogian al gobierno sin el más mínimo del pensamiento crítico, que se basa en valores intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por lo que requiere “claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad”.Hubo en nuestra historia reciente, sin embargo, un grupo político que basó sus actuaciones en el “apoyo crítico” fundamentado en esa categoría de pensamiento. Fue el grupo Octubre, al cual todavía recordamos con justificado orgullo.Y por eso nos lamentamos tanto por esos apoyos irreflexivos, casi compulsivos, a cualquier cosa que haga el gobierno, o su contraparte, la oposición también compulsiva a todo lo que el gobierno haga.El sentido original de la política era “actuar de manera consciente en la sociedad para conseguir el cumplimiento de nuestras metas e intereses, personales y particulares, a través del convencimiento de que estos aportarán y contribuirán al mejoramiento de la sociedad en general”.Ahora, sin pensamiento crítico de parte y parte, lo que vemos son patologías políticas.

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