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A propósito de auditorías petroleras

Un periódico de provincia, La Mañana de Neuquén, decía ayer que “El gobierno nacional tiene en carpeta un proyecto para re-estatizar la principal empresa petrolera del país. El costo de compra superaría los 11 mil millones de dólares y se planea una especie de cogobierno con las...

Un periódico de provincia, La Mañana de Neuquén, decía ayer que “El gobierno nacional tiene en carpeta un proyecto para re-estatizar la principal empresa petrolera del país. El costo de compra superaría los 11 mil millones de dólares y se planea una especie de cogobierno con las provincias.Menciona también, como anecdótico, que la primera señal de esto que se siente ahora con fuerza, la dio el asesor del Ministerio de Planificación de la Nación, Roberto Dromi, quien fue ministro de Carlos Menem cuando  dijo estar arrepentido de la privatización de YPF. La nota agrega que “pidió irónicamente”, que YPF se convierta en una cooperativa. La semana pasada, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió de su convalecencia con una dura embestida contra las petroleras por la falta de inversión, lo que definitivamente creó un clima tenso. El domingo, el matutino oficialista Página 12 publicó en su tapa la noticia de que el gobierno nacional estudia una re-estatización de YPF. El lunes, la empresa acusó el golpe de los rumores y las acciones de YPF S.A. se derrumbaron un 10%.Por eso no tenía nada de raro que evitando comisionados, el propio presidente de la petrolera Repsol dejara sus oficinas en Madrid y se fuera a la Argentina y, siempre según reseñas de la prensa,  “en vez de parar en alguno de sus restaurantes favoritos en Buenos Aires, Antonio Brufau, gran degustador de la cocina argentina, fue directamente del aeropuerto a las oficinas de YPF en el barrio de Puerto Madero. La situación no está como para dedicar tiempo a sus aficiones culinarias”.La ofensiva del gobierno contra las petroleras en general y contra YPF en especial, ha dado pie a una serie de rumores, de los cuales el más repetido apunta a la nacionalización de YPF, en la que Repsol cuenta con el 57% de las acciones.En uno de sus últimos discursos, Cristina Kirchner acusó a las petroleras de haber reducido la producción, obligando al país a importar 9.396 millones de dólares en combustibles.Es obvio que las cifras que maneja la presidenta son resultado de auditorías consolidadas y en este punto, debemos recordar lo que pasó con nosotros y nuestras respectivas auditorías, que tenían la finalidad de demostrar que las petroleras extranjeras no habían invertido en Bolivia lo que decían, sino mucho menos. ¿Recuerdan? Claro que sí.Esas auditorías “nuestras” fueron sistemáticamente invisibilizadas y hasta menospreciadas. Si se las hubiera socializado, si se hubiera debatido sobre ellas con la mayor amplitud posible y se hubiera procedido en forma diferente, otra sería también la historia de nuestros propios hidrocarburos, que, en vez de eso, han tenido que sufrir a un Santos Ramírez, un turbio “caso Catler” aún sin plena resolución y siguen sufriendo por cuenta de otros actores, muy conocidos y repetidamente mencionados estos días.Ojalá que a YPF, la del sur, le vaya mejor.

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