¿Conoces a Jesús?

Es el que dio su vida, fue sacrificado cruelmente y clavado en el madero de la cruz, todo lo hizo por liberarnos del pecado y abrirnos las puertas del paraíso .Es nuestro Redentor. Es quien sigue con admirable paciencia esperándonos con los brazos abiertos, que nos acerquemos a El.Pocos son los...

Es el que dio su vida, fue sacrificado cruelmente y clavado en el madero de la cruz, todo lo hizo por liberarnos del pecado y abrirnos las puertas del paraíso .Es nuestro Redentor. Es quien sigue con admirable paciencia esperándonos con los brazos abiertos, que nos acerquemos a El.Pocos son los que verdaderamente lo conocen porque si lo conociéramos de verdad nuestra vida tomaría otro rumbo.Conocer a Jesús es poder mirar al mundo de otra manera, es decir ver la realidad que nos rodea con otros ojos, es descubrir lo bello, lo valioso, lo importante con los ojos del alma.Si conociéramos a Jesús no podríamos dejar de amarlo, porque encontraríamos en El un océano de ternura y de misericordia porque El es el amor mismo.Conocer y amar a Jesús es conocer la paz, y la dicha interior, es darle el verdadero valor a la obra de Dios, a la Redención.¿Por qué muchos no le conocemos? Porque estamos aturdidos con nuestras ocupaciones, nuestras preocupaciones, y no podremos encontrarlo en medio del ruido, del bullicio; lo encontraremos en el silencio, entonces sí podremos percibir su presencia.¿Es tan difícil  para nosotros, para nuestra agitada vida levantar los ojos para buscar a Jesús de Nazareth?El camina en medio de nosotros porque es fiel a su promesa El dijo: “Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos” (Mt. 28 – 19,20)Debemos confiar en El , poner ante su misericordia nuestros problemas, preocupaciones y angustias, porque nosotros ¿En quien ponemos nuestra confianza? En el amigo, en el familiar, en un compañero, puede responder a nuestra confianza, pero en algún momento nos pueden fallar.Nuestra confianza debemos depositarla en Aquel que dio su vida por nosotros.Es el que nos dice: “Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados y yo os haré descansar” (Mt. 11, 28)Nuestro descanso, nuestra paz, no la encontraremos en el bullicio, en la algarabía del mundo que es externa, ni en las buenas resoluciones, sino en el Señor, El conoce nuestras inquietudes y nos conoce a cada uno y nos llama por nuestro nombre. Reconozcamos que Ese Jesús de Nazareth, tiene en sus manos nuestro destino y las horas de nuestra vida;  siempre será más grande que el más grande de nuestros problemas.¡Confiemos en el Señor El conoce todo lo nuestro y nos dice: “Vengan a mi”

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