Colombia: Las armas no matan

Hacia allá están atisbando los analistas desde la creación en mayo de 2007 del Índice de Paz Global (IPG), que mide el nivel de paz de 144 países dentro de los cuales, Colombia, ocupó el puesto 130 en el 2009, cayendo del 116 que había registrado en la primera medición del 2007. El asunto...

Hacia allá están atisbando los analistas desde la creación en mayo de 2007 del Índice de Paz Global (IPG), que mide el nivel de paz de 144 países dentro de los cuales, Colombia, ocupó el puesto 130 en el 2009, cayendo del 116 que había registrado en la primera medición del 2007. El asunto no es tan sencillo como quitarle el arma a un asesino real o en potencia para que no mate porque, si está decidido a matar, puede echarle el carro encima o tirarle por la ventana. La propuesta del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro podría estar siendo considerada hoy tan loable como en su momento debió haberse considerado el salvoconducto a todo aquel que portara un arma. Y el resultado es que, ya sabemos, de cada 100 armas en manos de la sociedad civil, sólo 20 tienen salvoconducto. Está bien que se piense en desarmar a la sociedad civil. Ello, indudablemente, podría contribuir a bajar, de momento, la criminalidad. Pero no sería sostenible en el tiempo porque, si los factores reales de criminalidad están principalmente en motivaciones de tipo económico, educativo o cultural, antes que en las armas, la criminalidad persistirá, así sea a mordiscos y patadas. En los análisis abiertos sobre la propuesta del alcalde Petro se han esbozado tres factores importantes que inducen la criminalidad en Bogotá: (1) La venganza, principalmente de tipo mafioso; (2) Las riñas, especialmente en estado de embriaguez y, (3) La violencia intrafamiliar. ¿Por qué se venga la gente?: por falta de administración oportuna y eficaz de justicia. ¿Por qué se matan en riñas? Por intolerancia acicateada por el licor. ¿Y por qué la violencia intrafamiliar? Bueno, por cuestiones culturales y porque la gente dice –y es cierto- que “por el mismo hueco por donde entra la pobreza sale el amor”. Fin de folio: las armas no matan. Lo que mata es la gente inducida por circunstancias objetivas y subjetivas sobre las que hay que actuar si se quiere reducir la criminalidad “a sus justas proporciones”…* *Entre comillas, la frase que hizo célebre Julio Cesar Turbay, cuando era presidente de Colombia

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