Nuevas energías

Cifras que sobrepasan cualquier dimensión de cálculo para los bolivianos por ser gigantes. Sólo para darnos una idea de ese dinero a ser invertido: Bolivia tiene 12 mil millones de dólares en reservas internacionales, vale decir casi 27 veces el monto de nuestras reservas.En todo caso el anuncio, como cualquier otra iniciativa en ese orden tiene por objetivo sembrar en Latinoamérica nuevas prácticas y nuevos proyectos para bajar la correlación entre consumo de energía fósil y su producción en la sociedad.Bolivia no podrá estar abstraída de esas políticas globales de reducción de emisión de contaminantes y cambio climático. Por otro lado un par de consideraciones: aquellos países con un mayor nivel de vida consumen más energía, comparativamente a los países en desarrollo. Por ello la responsabilidad de los países denominados “grandes” en financiar proyectos en países en desarrollo en proyectos de nuevas energías.Menos mal que el desarrollo del gas natural, en su agregación de valor, está en el marco de las energías limpias.Bolivia deberá tener en cuenta también la cuestión energética global: el debate entre seguridad en el suministro y la independencia energética o la contaminación.Hay nuevos conceptos relacionados con producción de energía y sostenibilidad.En ese orden, el cambio de paradigma global relacionado a la energía se traduce en nuevas reglas, nuevas leyes y nuevos conceptos que implican un mix, una mezcla, entre la alta dependencia de la producción de energía fósil y la producción de nuevas energías.El petróleo va a ser principal energético del mundo por muchas décadas más, paralelamente se está introduciendo muchas más formas de utilización de gas –en sus derivados de valor agregado- que ayudan a la reducción de contaminación y el cambio climático. Por ello la importancia del gas en la economía boliviana, latinoamericana y mundial y su estrecha relación como nueva energía con los paradigmas de desarrollo sostenible.El gas va a liderar –junto con las nuevas energías- el nuevo mundo: están el gas de esquisto (shale gas) y los hidratos de metano. El primero de estos es gas natural que en lugar de encontrarse almacenado en bolsones o reservorios tradicionales como el gas convencional, aparece enquistado dentro de bloques de rocas sedimentarias formadas a partir de materiales orgánicos. Su cuantificación volumétrica está pendiente. Podría ser, previamente certificado, mucho más que los reservorios de gas natural convencional. En lo que se refiere a los hidratos de metano, no son sino depósitos de gas metano congelado en el fondo marino, que también es parte de esa revolución de ideas para generación de energía.También hemos mencionado las energías renovables, como fuentes alternativas a los combustibles fósiles usados en la actualidad. En el ámbito de la energía para el transporte, los biocombustibles ya son una realidad, y la segunda generación de bio etanol, que utiliza como materia prima cultivos energéticos no aptos para el consumo humano, será viable comercialmente en muy corto plazo. A nivel de generación eléctrica, la energía eólica y la solar, tanto fotovoltaica como termoeléctrica, ya han alcanzado un grado de madurez suficiente como para considerarse una alternativa real, pese a que su coste es en general superior al de otras fuentesAl gas, en Bolivia, también se van a agregar proyectos específicos  los biocombustibles, que aunque son todavía costosoS en su producción formarán parte, entre otros, de esas nuevas energías para el desarrollo.Dicho esto el país no puede estar ausente de los debates y los nuevos paradigmas. Debe incorporarse a la globalidad con apertura democrática y con legislación moderna, y tener la capacidad de atraer, por ejemplo, parte de esa astronómica cifra que dice China va a invertir en la región en proyectos de nuevas energías.*Máster en Administración de Empresas