¿Quién lleva los pantalones…?

El poder implica que una persona imponga sobre otra un valor, creencia o acción, lo cual no necesariamente debe ser algo negativo; aunque, observamos que en la gran mayoría de los casos en las relaciones de pareja el ejercicio del poder se los hace inadecuadamente mediante coerciones e imposiciones.Asumir que “alguien tiene que llevar los pantalones” supone aceptar que debe ser  “un varón” el que asuma el poder… por ende nos enfrentamos a eliminar un prejuicio de género que perjudica generalmente a las mujeres, aunque también a algunos hombres.Nuestra cultura colonial, patriarcalista, machista y tradicionalista  muchas veces influye a que el hombre busque tener un poder absoluto y a que la mujer asuma un segundo plano en la familia. Para ello el uso de la violencia es lamentablemente mas común de lo que esperaríamos y esta tan naturalizada que las personas no pueden verlo y viven en situaciones de violencia con total aceptación. Se han hecho parte de nuestra vida común términos como “mandarina” o muñequeado” como formas de etiquetar o presionar de alguna forma a las personas  en algunos caso de forma negativa… por ejemplo, para decidir ir solo a una actividad social, una compra, la aceptación de un compromiso…. “debo consultar a mi espos@” no es una frase muy bien aceptada socialmente aunque la misma muestra la madurez y el respeto por la relación, lo cual tampoco significa que todas las decisiones deban ser consultadas, en una relación sana existe sin complicaciones mayores  un “Yo tengo mi espacio”, un “Tú tienes tu espacio” y un “Nosotros tenemos un espacio”. En la relación de pareja lo que debería primar un sistema flexible en donde el poder pueda ser ejercido por uno u otro de acuerdo a la situación buscando una complementariedad, pero además tratar siempre de que el mismo logre mantener la “simetría” dentro la relación.Para lograr esto debemos quitarnos muchos de los estereotipos que tenemos del “rol” masculino y femenino  y comenzar a reconocer las potencialidades que cada miembro de la pareja posee para las actividades de la vida diaria de la pareja. Esto implica reconocer que ambas personas aportaran de acuerdo a sus posibilidades en la empresa familiar… ambos pueden trabajar o en su defecto uno de ellos se queda en casa para las actividades domésticas que felizmente ahora se está reconociendo como un trabajo que aporta a la familia.Si de alguna forma nos ofende o incomoda responder a la pregunta de  “quien lleva los pantalones?”, tal vez debamos de tomarnos un momento para pensar en nuestra situación personal, las emociones que te nos producen estas preguntas y las creencias que tenemos sobre el uso del poder y la toma de decisiones en la pareja. Después tal vez necesitemos sentarnos a discutir “sanamente” para  mejorar nuestra relación y evitar que en lo futuro problemas más graves.Cuando el poder es mal utilizado, en beneficio mayor o total de uno solo de los miembros de la pareja genera problemas de emocionales y físicos en la otra persona y pueden llevar a una dolorosa ruptura de la relación. Por eso es muy importante analizar como utilizamos el poder o como lo utilizan sobre nosotros.Un punto que no podemos dejar de resaltar es que el dinero es el comienzo de muchos de los problemas en el uso de poder… esto debido a que al mismo se el Valor Psíquico que el mismo tiene muchas veces excede su Valor Real. Generalmente las discusiones por dinero encubren los problemas reales de la pareja, la dependencia de uno del otro, el uso de los tiempos libres, la ayuda en las labores del hogar y otros.Al final, en una relación no importa quien lleve los pantalones, las faldas u otra cosas… esas son solo ideas culturales que nos han heredado… lo que importa es la pasión, la motivación y el ánimo que le ponemos a construir nuestra pareja… que como todo, necesita de vez en cuando un sacudón y reordenamiento… y a seguir para adelante!!! *Psicólogo / Director de la Organización para el Desarrollo Humano integral