Como llegamos al Yasuní

No se trata de una profunda investigación académica, sino de algo que casi cualquier persona puede hacer, con una computadora conectada a internet. Así lo hicimos. ¿Quién puede oponerse, con fundamentos, a una carretera? A simple vista se diría que nadie. Pero así como cuando se dice que...

No se trata de una profunda investigación académica, sino de algo que casi cualquier persona puede hacer, con una computadora conectada a internet. Así lo hicimos. ¿Quién puede oponerse, con fundamentos, a una carretera? A simple vista se diría que nadie. Pero así como cuando se dice que “el que a hierro mata”, no se está hablando propiamente del hierro, sino de quien lo maneja, con una carretera que penetra en un parque nacional, lo importante es el parque. Y por ahí nos orientamos.Parques naturales en el mundo hay varios, quizás no tantos como debiera haber, pero hay. Buscamos un parque natural en particular, uno que, además, estuviera relacionado con el petróleo y el más destacado que encontramos fue el parque Yasuní, en el Ecuador.Siempre valiéndonos de una enciclopedia encontramos que “El objetivo de crear el parque nacional fue la preservación de especies en peligro de extinción, proteger innumerables especies animales y vegetales, puesto que “cualquier alteración o disminución que sufran los bosques naturales conducen de un modo inevitable a la extinción o menoscabo de la diversidad genética y con ello la degradación de la biodiversidad”.Y encontramos muchísima información ecológica sobre el parque pero, asómbrense, ni siquiera una mención a la empresa petrolera que lo ha contaminado en forma criminal. La Chevron, que ahora está sometida a un juicio, juicio del cual se sabe muy poco y que nada raro tendría que se suspenda o diluya, subrepticiamentePaso a paso, reconstruimos cómo la hoy corporación petrolera Chevron, parte del cartel de “Las siete hermanas”, tuvo antes el nombre de Texaco y que la Texaco era nuestra vieja conocida (y dolorosamente recordada desde la guerra del Chaco) Standard Oil.Para no perdernos, y sin despistarnos por los mañosos cambios de nombre de corporaciones petroleras que en el fondo no han cambiado nada, volvamos a Yasuní y a los estrados judiciales donde se ventila el asunto, llamado “caso Texaco”El caso Texaco es el llamado juicio del siglo y habla de una deuda histórica de la empresa Texaco, hoy Chevron. Este juicio ha permitido documentar la larga secuela de impactos ambientales y sociales de las operaciones petroleras de esta empresa en la Amazonía ecuatorianaMiren hasta donde nos puede llevar una “simple” carretera, que en este caso se convirtió en una carretera virtual para profundizar un poco, solamente un poco, en el complejo contexto en el cual se está manejando uno de los temas más mencionados.Por eso rematamos una vez más en esa definición del petróleo hecha por el inolvidable Sergio Almaráz: “Líquido viscoso, oscuro, maloliente, que contamina todo, especialmente las conciencias”.Eso es lo primero que hay que tener presente cuando se habla de carreteras, de parques y de casi cualquier otro tema relevante.

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