Perder tiempo y ganar tiempo

Es evidente, sin embargo que muchas situaciones emplean más tiempo del razonablemente necesario. Es el caso de la justicia, que tarda tanto que cuando llega ya no puede llamarse justicia. Y es también el caso de ciertos procesos que tienen muchos poderes interesados en demorarlos, como la...

Es evidente, sin embargo que muchas situaciones emplean más tiempo del razonablemente necesario. Es el caso de la justicia, que tarda tanto que cuando llega ya no puede llamarse justicia. Y es también el caso de ciertos procesos que tienen muchos poderes interesados en demorarlos, como la integración que es parte indispensable de la construcción de la Patria Grande. Veamos:Mucho antes de la crisis financiera que hoy azota al planeta, concretamente el  9 de diciembre del año 2007 fue firmado por varios presidentes, en Buenos Aires, el acuerdo para la fundación del Banco del Sur.Van a cumplirse cuatro años de esa decisión presidencial fundamental y todavía el Banco del Sur no ha avanzado todos los pasos para ser una realidad. En mucho menos tiempo que ese los Estados Unidos resuelven que van a invadir un país… y lo hacen. Peor aún, varias naciones se ponen de acuerdo para invadir y acabar con otro país, como en el caso de Libia… y lo hacen. Podríamos actualizar el refrán diciendo que “la injusticia llega sin tardar”.Pues bien. Los diputados de la Argentina, cuyo entonces presidente Néstor Kirchner fue uno de los promotores originales de aquel acuerdo del 2007 finalmente aprobaron (por unanimidad) la creación del mentado Banco del Sur.Con eso, ya se han constituido como parte del banco Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Chile y Perú participan como observadores y Colombia renunció a incorporarse. Perú es posible que ahora, sin Alan García, coadyuve en el proceso. Chile es dudoso que lo haga y Colombia debería “avisparse” porque no puede quedarse “por fuera”. La mansa obsecuencia a Washington y sus mandatos ha cambiado, dicen. Que lo demuestren.El Banco del Sur se plantea como una alternativa al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo y en este momento sobra hablar de la impopularidad que poseen estas instituciones en todo el mundo.La meta del Banco del Sur es incluir a cada nación de América Latina, desde México hasta Chile. El programa prestará el dinero a cualquier nación que emprenda la construcción de programas aprobados y abrirá nuevas alternativas de financiamiento donde estarían presentes conceptos como la igualdad, equidad y la justicia social. Inicialmente su sede será Caracas, con dos subsedes, una en Buenos Aires y otra en La Paz.Además de sus funciones específicas y concretas,  el Banco también significa un avance en los ya irrefrenables propósitos de integración de las naciones sudamericanas, lo cual, por supuesto, a muchos en Washington debe sonarles tan peligroso o peor aún que aquello de las “armas de destrucción masiva”.De manera que seguirán tratando de que nosotros perdamos tiempo, porque haciéndolo ellos “ganan tiempo”.Por eso debemos fortalecernos en otra idea, más estimulante: Querer es poder.

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