Bolivia informal

La informalidad es para muchos bolivianos la vía más fácil de escape a sus problemas económicos y muchos recurren a la venta de productos de baja calidad, sin control sanitario o sin dar facturas por las ventas, lo que lleva a una fuerte evasión tributaria.La problemática de la informalidad...

La informalidad es para muchos bolivianos la vía más fácil de escape a sus problemas económicos y muchos recurren a la venta de productos de baja calidad, sin control sanitario o sin dar facturas por las ventas, lo que lleva a una fuerte evasión tributaria.La problemática de la informalidad tiene rasgos diferenciales en los diversos sectores, siendo las necesidades en materia de formación y capacitación, de tecnologías, etc., propias de cada uno, por ello que surge la necesidad de políticas focalizadas, como forma de generar empleo productivo, de calidad y con remuneraciones justas.A nivel microeconómico, la informalidad reduce el bienestar de los agentes económicos involucrados y en el caso de los trabajadores, los salarios se reducen y se crea un subempleo que no puede ser controlado.La actual magnitud de la economía informal afecta prácticamente a todos los sectores de la actividad económica, formando parte tanto de sectores modernos como tradicionales, es decir que la actividad agropecuaria, industrial, de servicios, el comercio, etc., cuentan con un gran contingente de trabajadores, trabajadoras y unidades económicas en la informalidad.Asimismo no toda la producción informal proviene necesariamente de empresas informales, si una empresa legalmente constituida, vende  una  parte de su producción por la puerta falsa (tal vez, con el objeto de evadir impuestos); estará contribuyendo a la producción informal. Es  el papel del estado propiciar la conversión a formales. Pertenecer al sector informal supone estar al margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar con la protección y los servicios que el estado puede ofrecer. Sector Informal es aquel que funciona al margen de la ley, es decir, es aquel sector que con fines lícitos, para distinguirlo de los criminales, utiliza medios ilícitos para conseguir esos mismos fines.El sector informal se ha constituido como un sector de gran importancia dentro de la actividad económica de nuestro país algunos investigadores se atreven a sostener  que 65% de las transacciones  se enmarca dentro  de lo informal, esta informalidad no solo está referida al comercio ambulatorio: abarca campos tan diversos como el mercado financiero, el laboral, el de materias primas e insumos industriales y los ambulantes de calles y distintas modalidades que se aprecian en la vida cotidiana a raíz de una necesidad por sobrevivir en nuestro País.Las consecuencias de la informalidad de la economía son; acceso restringido o la falta de participación social a organizaciones que representen adecuadamente a los empresarios y los trabajadores, la perpetuación de la pobreza, la corrupción, la pérdida de ingresos por parte del gobierno y autoridades locales, el uso ineficaz de los recursos, lo que desemboca en menores ganancias, mala calidad del capital humano y capital social.Existen consecuencias globales relacionadas con repercusiones negativas sobre las tasas de crecimiento nacional, resultados económicos y sociales globales, la tasa de cambio frente a economías complementarias o competitivas, unas condiciones de trabajo relativamente insuficientes, falta de acceso a capital, al crédito y la tecnología y bajos niveles de productividad.La informalidad es la forma distorsionada con la que una economía excesivamente reglamentada responde tanto a los choques que enfrenta como a su potencial de crecimiento. Se trata de una respuesta distorsionada porque la informalidad supone una asignación de recursos deficiente que con lleva la pérdida, por lo menos parcial, de las ventajas que ofrece la legalidad: la protección policial y judicial, el acceso al crédito formal, y la capacidad de participar en los mercados internacionales. Por tratar de eludir el control del estado, muchas empresas informales siguen siendo empresas pequeñas con un tamaño inferior al óptimo, utilizan canales irregulares para adquirir y distribuir bienes y servicios, y tienen que utilizar recursos constantemente para encubrir sus actividades o sobornar a funcionarios públicos y Tarija no es la excepción. Por otra parte, la informalidad induce a las empresas formales a usar en forma más intensiva los recursos menos afectados por el régimen normativo. En los países en desarrollo en particular, esto significa que las empresas formales tienen un uso menos intensivo de mano de obra de la que les correspondería tener de acuerdo a la dotación de recursos del país. Además, el sector informal genera un factor externo negativo que se agrega a su efecto adverso sobre la eficiencia: las actividades informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin contribuir con los ingresos tributarios necesarios para abastecerla. Puesto que la infraestructura pública complementa el aporte del capital privado en el proceso de producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un menor crecimiento de la productividad. En comparación a lo que sería la respuesta económica óptima, la expansión del sector informal a menudo representa un crecimiento económico distorsionado e insuficiente. La informalidad está por debajo del nivel óptimo de respuesta que puede encontrarse en el mejor escenario de una economía sin una excesiva reglamentación y una adecuada provisión de servicios públicos. No obstante, es preferible la informalidad en lugar de una economía plenamente formal pero esclerótica e incapaz de evitar las rigideces que genera la normatividad. La implicancia que esto tiene en términos de políticas es incuestionable: el mecanismo de la formalización es sumamente importante por las consecuencias que tiene en el empleo, la eficiencia y el crecimiento económico. Si la formalización se sustenta exclusivamente en hacer que se cumplan las normas, lo más probable es que ello genere desempleo y un bajo crecimiento. Si por el contrario el proceso de formalización se sostiene mediante mejoras tanto del marco legal como de la calidad y disponibilidad de los servicios públicos, generará un uso más eficiente de los recursos y un mayor crecimiento. A los países en los que se controla la informalidad mediante una drástica imposición de normas les irá menos bien que a aquellos países que tienen un bajo nivel de informalidad debido a que cuentan con normas más suaves y servicios públicos adecuados.

Más del autor