¿Es o no es verdad? ¿Quién es el más culpable?

Sin embargo puede ser útil en cuanto es una previsión que tanto puede resultar errónea como acertada. Me refiero al paro indefinido anunciado por los choferes, a partir de mañana lunes. Lo primero que es seguro prever es que los daños que van a ocasionar a la población en general serán graves y, en algunos casos, inhumanos. En respuesta, volcarán a la opinión  pública en contra de ese sector laboral. Y deberían cargar sobre la conciencia de los dirigentes, causantes principales de esos daños   ¿O es la intención del Gobierno enfrentar a la gente contra los choferes para justificar la municipalización de los  servicios de transportes?Parecería exagerado, pero que valga como advertencia, que un paro total e indefinido de choferes, sindicalizados y del transporte libre en todo el país, es tan grave que se acerca a una huelga revolucionaria. Y entiendo por tal a la que se propone el derrocamiento del régimen gobernante. Creo que este no es el caso. Pero si los choferes quieren mantener su protesta dentro de los límites tolerables deben recorrer, como mínimo los siguientes pasos: 1. Haber agotado todas las vías pacíficas de negociación con la contraparte que, en este caso es el Gobierno. 2. Que ni los huelguistas cometan actos ilegales o vandálicos contra el bien público ni contra las personas y las propiedades ajenas. 3. Que, a su vez, la policía prevea acciones disuasorias entes que represivas y que, si estas últimas son inevitables, no se excedan más allá de lo necesario. 4. Que los tribunales de justicia, en función ejemplificadora y punitiva, asuman su papel en el procesamiento justo de los culpables de actos ilícitos.Es posible que Vd. experimentado lector me diga que todo eso son cánticos angélicos y que las cosas de esta tierra son mucho más rudas e imprevisibles. También me dirá que los choferes no van a derrocar al Gobierno de Don Evo, pues él tiene en sus manos la fuerza pública y, además, la libre disponibilidad de los gastos reservados de los que el Gobierno afirma que son cosas del pasado y que ahora no hay talegazos disponibles. Nadie lo cree.Así las cosas. Puede que el Gobierno mantenga firme la norma de liberar miles de coches viejos que ya han empezado beneficiar los bolsillos oficialistas más avisados. Pero todavía queda otra ficha: la revocatoria del decreto que manda retirar del servicio público los vehículos que hayan cumplido los siete años de servicio, además de algunas otras ventajillas, como por ejemplo, el compromiso no suscrito, de hacer la vista gorda en cuestiones de edad útil del vehículo, mas algunas otras. No importa que luego siga muriendo gente por el mal estado de los  vehículos y – dicho sea de paso – de los caminos y carreteras del país.Supongamos que ésta es “la solución”. Pues déjenme añadir esta diminuta historia del futuro inmediato: el gran perdedor no será el gremio del volante que fue agredido por la liberación de miles de chutos y que, en este momento parece ser el “movimiento social” más vigoroso  del país.  El mayor perdedor será el Gobierno Plurinacional.