¿Es o no es verdad? La justicia agusanada

Me refiero más en concreto a los artículos de Ley Electoral que limita la información sobre la personalidad de los candidatos a ocupar cargos de magistrados y jueces en el órgano Judicial. Por ejemplo, el que los periodistas no estén autorizados a entrevistar libremente a esos postulantes,...

Me refiero más en concreto a los artículos de Ley Electoral que limita la información sobre la personalidad de los candidatos a ocupar cargos de magistrados y jueces en el órgano Judicial. Por ejemplo, el que los periodistas no estén autorizados a entrevistar libremente a esos postulantes, limita gravemente el derecho del ciudadano a estar informado sobre la vida y milagros de los que van a ocupar los estrados judiciales.La pregunta que se plantea entonces el ciudadano común es ésta: ¿Cómo votará conscientemente a favor o en contra de un postulante del cual sólo se han dado a conocer, nombres, apellidos y méritos de su oficio o dentro de su partido?Pues bien, señores, la legítima curiosidad del ciudadano por saber a quién va a votar o no votar, no fue tenida en cuenta por los Preclaros redactores del proyecto de ley electoral.  ¡Se les pasó el pequeño detalle! Este es una consecuencia perversa de la Constitución que fue aprobada disciplinadamente a brazo alzado en La Glorieta, en La Calancha y en Oruro.  Y así se cumple el refrán de “cría cuervos y te sacarán los ojos”.  En efecto, el MAS crió el cuervo agusanado de la Constitución Plurinacional y ahora los cuervitos que va empollando le están royendo las entrañas sanas que aún quedaban en la institución judicial.Pongamos por caso – no necesario pero sí posible - que sale elegido como magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, con opción a presidente del mismo,  un determinado ciudadano buen conocedor de maniobras políticas, pero no de los principios universales del Derecho, ni de leyes ni reglamentos ni ordenanza ni otro papelamen judicial. No es imposible que dicte una sentencia justa por simple aplicación del sentido común. Pero lo más probable es que cometa errores, graves errores, involuntarios o intencionados, que ocasionen daños injustos a terceros. He aquí la figura jurídica que ya inventaron los romanos, esos colonizadores…: “Summum jus, summa injuria!  (Marco Tulio Cicerón dixit)  La versión que correspondería a este comentario sería que la interpretación de una decisión judicial equivocada, por la suprema autoridad judicial constituye una grave iniquidad ¿Quién responderá por esos daños?

Más del autor