La realidad y las intrigas

Acusado por una camarera del Hotel Sofitel de Manhattan, donde se alojó algunos días, de agresión sexual, retención ilegal e intento de violación. Dominique Stauss-Kahn fue arrestado un día después de que personas cercanas a él dijeran a la prensa que éste era víctima de una campaña de...

Acusado por una camarera del Hotel Sofitel de Manhattan, donde se alojó algunos días, de agresión sexual, retención ilegal e intento de violación. Dominique Stauss-Kahn fue arrestado un día después de que personas cercanas a él dijeran a la prensa que éste era víctima de una campaña de desprestigio por parte del entorno del presidente francés, Nicolás Sarkozy, a quien le preocupaba su popularidad en las encuestas que lo convertía en uno de los favoritos para las elecciones presidenciales de 2012.Pero si en Francia Strauss-Kahn se había convertido en un problema para Sarkozy, no menos conflictivo había pasado éste a ser para Wall Street y la Casa Blanca cuando anunció a inicios de abril en la universidad George Washington “la defunción del Consenso de Washington”.Esas son palabras mayores y por mucho menos que eso, en el alto mando del capitalismo han sido no solo desprestigiados sino eliminados muchos del mismo o de mayor nivel que Strauss-KhanEl analista Manuel E. Yepe, en la agencia noticiosa Argenpress se ocupa de esto y si bien el material es interesantísimo no explica ni excusa las extravagancias ni los excesos  de los burócratas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales que mangonean en la economía global, por mandato de sus “socios privilegiados”: Estados Unidos, y Gran Bretaña (dueños, deberíamos decir).Entonces, los excesos de la realidad son tan extravagantes como las más afiebradas intrigas, de las cuales sólo de vez en cuando se filtra un poquito.No tiene nada de conspirativo, por ejemplo, que el alojamiento del presidente del FMI (ahora “ex-presidente) en el hotel Sofitel de Manhattan cueste 3.000 dólares la noche. Y no debe ser un costo excepcional, ni el más alto, para mantener funcionando esos obsoletos pero todavía dominantes organismos de Bretton Woods (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio).La realidad siempre es mucho más sorprendente que la más afiebrada imaginación. Y no solo en la narrativa de Gabriel García Márquez, sino también en las relaciones internacionales. ¿Qué tal, sino, este datito, que tomamos de otro analista, Frei Betto?: “En 1979, a pedido de George Bush padre, por entonces director de la CIA, Osama Bin Laden se trasladó a Afganistán para administrar los recursos financieros destinados a las operaciones secretas de la agencia contra la invasión soviética de aquel país. Preocupado con la ofensiva de Moscú, el gobierno de los Estados Unidos había entregado la mayor cantidad de dinero que la CIA recibió, en toda su historia, para actuar en un solo país: 200 mil millones de dólares”Ahí, lo mismo que en el FMI, hay todavía mucho, muchísimo para destapar.

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