El equilibrio es la medida de todas las cosas

En última instancia el hombre también es un constructo. Ese cinismo habitual al decir, cuando no hacemos lo que hemos prometido hacer, que somos humanos. Ser una especia a tientas por la vida no quita el sabor amargo que sentimos cuando se le concede a la tortura legitimidad, cuando se invade...

En última instancia el hombre también es un constructo. Ese cinismo habitual al decir, cuando no hacemos lo que hemos prometido hacer, que somos humanos. Ser una especia a tientas por la vida no quita el sabor amargo que sentimos cuando se le concede a la tortura legitimidad, cuando se invade países con pretextos que solamente se apoyan en el poder bélico y el silencio mediático. Mientras se lucha contra un modelo repugnante de terrorismo se impone un modelo terrorista en la economía. Cuando se lee en la aritmética de los analistas que la pobreza disminuye cuando se tiene determinados ingresos, y que la gente, en promedio en la actualidad vive más años que antes, me acuerdo de A. Yupanqui, que decía que los blancos viven y los indios duran. Ortega y Gasset decía que cuando alguien tiene una parte de razón y pretende tener toda la razón, termina por perder la parte de razón que originariamente tenía.  Lo que hoy pasa en el mundo con la crisis financiera, que es el eufemismo de la ausencia absoluta de racionalidad y ética del capitalismo de mercado sustentada hoy por los sofistas del mercado, que se pasean por los medios, por las ferias de libros, por la entrega de premios a periodistas y por cuanto lugar los financien, en eso son como Protágoras, no dar puntada sin hilo, pero, pero, también lo hacen aquellos que hablan de otra sociedad, obviamente muy siglo XXI, aunque con su parte de razón tienen la dificultad empírica de no mostrar ese espacio social, cultural y personal, que nos permita aceptar su discurso cuando se llenan de dogmatismos, posturas verticales y exceso de verbalismos. Si te pones la gorra roja eres mío, o si aceptas la voz de la vanguardia del proletariado eres progresista. Conocí personas que cuando se hacían marchas para protestar y gritar que la deuda externa no debía pagarse iban primeros, pero si alguna vez te prestaron unos pesos y no se los pagabas el día prometido te mandaban su abogado. Conocí abogados que decían que eran por los derechos humanos y cuando redactaban contratos para personas que prestaban servicios en instituciones religiosas lo hacían, en Argentina, como prestación de servicios para evitarse aportes provisionales y de salud. En casi 4 años que tengo el gusto de opinar en este portal no he podido ver por donde lograr un encuentro productivo para lograr ese equilibrio discursivo que me haga por lo menos imaginar la construcción de un discurso cooperativo para enfrentar con fortaleza el cinismo europeo del euro y el dólar manchado y reaccionario estadounidense.Los pobres aumentan, dado que designa un modo de vida, y ellos en España, al no tener el equilibrio que puede dar un nutriente conceptual coherente le darán el país en bandeja al PP, con la sonrisa de oreja a oreja de la llamada izquierda que sueña con acrecentar sus votos como único objetivo cierto. En Latinoamérica el equilibrio desafortunadamente no existe. *Walter Dennis Muñoz es Periodista

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