Para “parar las orejas”

Si lo dicen, por ejemplo, en el periódico cubano Gramma, la expresión sigue siendo importante y respetable. Pero si resulta que dicen eso de Obama en un periódico británico es imposible no “parar las orejas”.Porque la relación simbiótica británica-estadounidense no es solamente una...

Si lo dicen, por ejemplo, en el periódico cubano Gramma, la expresión sigue siendo importante y respetable. Pero si resulta que dicen eso de Obama en un periódico británico es imposible no “parar las orejas”.Porque la relación simbiótica británica-estadounidense no es solamente una cuestión de complicidades entre Reagan y Thatcher o entre  Bush y Blair sino algo mucho más profundo e intenso, como quedó demostrado, por ejemplo, cuando Washington hizo a un lado su soberbia doctrina Monroe y se solidarizó con su vieja madre patria británica y no con Argentina en el todavía pendiente conflicto por las Malvinas.Se entendió, entonces, que para Washington esa inapelable doctrina se debe entender así: “América para los (norte) americanos… o para Inglaterra”Entonces, que en el periódico “The Guardian”, todo un baluarte de la prensa inglesa hayan publicado hace dos días un comentario titulado “América Latina se sacude del yugo de EEUU”, claro que nos tiene que llamar la atención.El artículo, escrito por Mark Weisbrot y difundido el viernes 8 de abril, destaca los cambios en las instituciones (Ministerios de Relaciones Exteriores, las organizaciones multilaterales como Unasur, el Grupo de Río), las ideas, y las normas que han tenido lugar durante la última década de la región para llegar a inquietantes conclusiones. (Inquietantes para Washington, obvio)Weisbrot cree que aunque la administración Bush intervino en los asuntos internos de países como Bolivia e incluso Brasil, optó por mantener sus “ojos en el premio” y evitar peleas que lo distraigan de su objetivo principal. El premio, por supuesto, es el de Venezuela – el hogar de la reserva de petróleo más grande del mundo, estimada por el Servicio Geológico de EE.UU. en 500 mil millones de barriles.Destaca entre los comentarios de Weisbrot especialmente esta partecita: “la intención de EEUU era influir sobre el presidente colombiano de derecha Juan Manuel Santos para mantener las tensiones con Chávez como estrategia de cara a las elecciones de 2012 en el país bolivariano.El periodista consideró como un “gran golpe” contra Washington la posición de Santos que, lejos de distanciarse, se acercó al mandatario venezolano.“Aunque el anterior presidente de Colombia, Álvaro Uribe, fue – en los últimos años- aliado de la estrategia de los Estados Unidos hacia Venezuela, Santos de inmediato lo rechazó y decidió hacer las paces con Chávez”, señala el artículo de The Guardian.“Santos se enfrentó, básicamente, a una opción: hacer la voluntad de Washington o ser parte de América del Sur”, dice Weisbrot.Con sólo esos conceptos, es suficiente para que en Washington estén todavía desvelados. Pero hay más, y este es el remate de The Guardian: “en cualquier caso, el gobierno de Obama – al igual que su predecesor – está luchando una batalla perdida. Aunque dispone de mejor prensa -sin disturbios en las calles o los líderes mayas limpiando el sitio después de su visita- se puede ver que las políticas de EE.UU. no han cambiado mucho”.

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