Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

Nosotros, los americanos

Y de entrada llamémosla “Nuestra América”, para hacer notar que a apropiación abusiva que hacen de la palabra “América” los gringos, excluyendo a todas las demás naciones del continente y asumiendo en forma excluyente el apelativo de “americanos”, para referirse a ellos mismos.No...

Y de entrada llamémosla “Nuestra América”, para hacer notar que a apropiación abusiva que hacen de la palabra “América” los gringos, excluyendo a todas las demás naciones del continente y asumiendo en forma excluyente el apelativo de “americanos”, para referirse a ellos mismos.No es un asunto irrelevante, ni mucho menos, porque de él se han ocupado (y se siguen ocupando) intelectuales de todas las vertientes, desde Salvador de Madariaga, nuestro Franz Tamayo, Julián Marías, Manuel Ugarte y Alberto Buena. De Buena, precisamente, vamos a tomar algunos conceptos magistralmente expuestos en su libro “Hispanoamérica contra occidente”, haciendo la salvedad de que ni al mismo autor le satisface del todo eso de Hispanoamérica, porque excluye el aporte lusitano, portugués, y eso equivale a excluir al Brasil de esta naciente Unión de Naciones Sudamericanas, lo cual, rotundamente, no tiene sentido.Entrando en materia, hace notar Buena que el uso de Latinoamérica y latinoamericanos tiene, en los Estados Unidos una inocultable connotación peyorativa.  Es una traducción casi mecánica del inglés:”Latín América”, que es utilizado hasta el empalago principalmente por los medios de comunicación masiva. Coloquialmente, los “latinos”, que nada tenemos que ver con la vieja Lacio, simplemente parece que nos hemos resignado a que los gringos nos llamen así.Se intentó también, hace algún tiempo –allá por 1.928 – cuando la Conferencia de La Habana, etiquetarnos como ¡Panamericanos” Aparentemente es inocuo, porque “pan”, que proviene del griego, simplemente significa “todo, o toda”, pero acuciosos intelectuales como el argentino Manuel Ugarte sostienen que panamericanismo y Doctrina Monroe son dos manifestaciones de una misma política o, para decirlo sin rodeos intenta significar: “Toda América… para los norteamericanos”. Y por supuesto que no abandonan la idea. Por lo pronto ya nos arrebataron a México amarrándolo a su  Nafta, que es el TLC con Estados Unidos y con Canadá.Hay muchas variantes alrededor de lo mismo, como Hispanoamérica, América Latina, Iberoamérica y últimamente, para gusto principalmente de antropólogos europeos: Indoamérica.Para no dejar el tema en el aire, vamos a plegarnos a lo que escoge Alberto Buela, porque nos parece lo más apropiado: “Nosotros creemos – dice – que el término más adecuado para indicar esta búsqueda de nuestra denominación es simplemente el de “americanos”, mal  que les pese a los  mal llamados “norteamericanos” que son los que se han apropiado del término”. Concluye Buela su incuestionable argumentación señalando que así quisieron llamarnos, “americanos”, nuestros padres fundadores: José de San Martín y Simón Bolívar y nuestros hombres de la independencia “que sabían lo que eran”.

Más del autor