Comercio legal y contrabando

pero las circunstancias nos obligan a seguir en ese empeño de plantear a todas las autoridades que les compite buscar soluciones adecuadas para convertir el comercio informal en un sector legal que tribute y contribuya de manera directa con los planes de desarrollo regional. Como consecuencia de...

pero las circunstancias nos obligan a seguir en ese empeño de plantear a todas las autoridades que les compite buscar soluciones adecuadas para convertir el comercio informal en un sector legal que tribute y contribuya de manera directa con los planes de desarrollo regional. Como consecuencia de una serie de operativos recientes, con la incautación de millonarias cargas de contrabando, se agilita en los niveles de la Asamblea Legislativa la aprobación de una ley de modificación al código tributario y de manera paralela la otra que corresponde a la Ley General de Aduanas. Se trata, por lo que se observa en primera instancia, de un par de instrumentos legales cada uno en su punto de aplicación preciso para definir políticas que cambien el actual panorama de permisibilidad con la actividad del contrabando que compite en desigualdad de condiciones con los sectores legalmente establecidos que tienen muchas cargas sociales, tributarias y por servicios mientras el comercio informal, rama del tronco irregular del contrabando, incumple sus deberes restando millonarios ingresos al Tesoro General de la Nación y por indirecta responsabilidad a la mayoría de los departamentos del país. El efecto negativo de la actividad del contrabando se ha convertido con el paso del tiempo en una tarea casi legalizada, por la costumbre de su proceso y que se altera eventualmente por el trabajo de organismos represores del contrabando, que han sido rebasados por organizaciones de los “capitalistas” que fomentan la internación ilegal de mercadería variada, suntuaria y hasta de ropa usada, saturando los mercados y las ferias reconocidas para venta libre de toda variedad de artículos. Frente a la posición gubernamental y la misión de los asambleístas para aprobar las dos leyes los sectores gremiales se han movilizado en varios distritos, pero con mayor fuerza en el nuestro que como muchos lo reconocen “vive del comercio” y esto es evidente frente a las restricciones económicas por la falta de empleos seguros, por la carencia de planes efectivos para encarar un desarrollo sostenible y porque el movimiento del comercio de contrabando y mercado absorbe alto porcentaje de los desocupados y produce un movimiento financiero millonario por constituirse en “plaza central del contrabando”, pues aquí acuden comerciantes de otros distritos, caso de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y de otros sitios donde los puestos de venta de mercadería de contrabando son de la misma figura. Al aplicarse medidas radicales respaldadas por las leyes seguramente se producirá “un trauma” entre los comerciantes afectados que tendrán que ser identificados como mayoristas y que son los que tienen gigantes depósitos de mercadería abarrotada, cuya legalidad se podrá comprobar con documentos de rigor y que sean reconocidos fehacientemente. El otro comercio de menor relevancia, pero igualmente importante por la cantidad de sus afiliados, debe ubicarse en la franja de legalidad demostrando la procedencia de la mercadería y gestionando su incorporación al sistema tributario nacional, pero en función a la proporción de los capitales que les permiten “manejar” grandes cantidades de productos pero sin tributación legal y en abierta evasión impositiva. De lo que se trata es de “formalizar la legalidad” de actividades y contribuir efectivamente a la economía regional y nacional en condiciones de igualdad con los sectores legalmente establecidos.


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