¿Será así cada año?

El primero notoriamente desesperado en consolidar la ejecución de cuestionadas obras e inversiones y la segunda con el afán de impedir que prosperen bajo su aprobación presuntos negociados, pero mostrando impericia en su accionar.   Francamente, al mencionar el POA no sabía uno si reírse o...

El primero notoriamente desesperado en consolidar la ejecución de cuestionadas obras e inversiones y la segunda con el afán de impedir que prosperen bajo su aprobación presuntos negociados, pero mostrando impericia en su accionar.

 

Francamente, al mencionar el POA no sabía uno si reírse o sentir vergüenza ajena.

Finalmente Cossío y Vilte se pusieron de acuerdo y ahora sí es más probable (no es completamente seguro, pero al menos es más probable) que el POA siga su curso natural en el Ministerio de Finanzas para  que finalmente se ejecute, aunque con las grandes dudas que el documento ese ha generado en la población.

 

En esa estéril pugna no hubo vencedores ni vencidos. No hubo de parte de los antagonistas ganadores ni perdedores. Hubo, eso sí, un solo gran perdedor: el pueblo tarijeño que debe soportar situaciones surrealistas como las que protagonizaron Cossio y Vilte.

 

Si cada año se van a repetir esas situaciones que no tienen ninguna utilidad social pero si muchos costos, sería mejor repensar la forma de administrar la gestión pública. Unos gerentes contratados por concurso de méritos con seguridad que lo harían mejor que los actuales políticos, que una vez más ratificaron la poca honrosa fama que tienen de parecerse a los plátanos: Que no hay uno recto.

 

Casi da miedo comentar los muchos huecos y falencias que tiene el todavía no consolidado POA. En una de esas lo ponen en reversa, para seguir discutiendo bizantinamente, mientras Tarija se sigue perjudicando.

 

En el dudoso “debate” por la aprobación del POA entró un actor que, a título de defensa de sus afiliados, aportó a incrementar las dudas en la estéril pugna: se trata de la Cámara de la Construcción Departamental (CADECO). Jugó del lado oficialista local, pero nunca explicó las razones por las que una obra como la carretera Canaletas-Entre Ríos, que más que una obra vial ya parece un sumidero o un pozo sin fondo, tiene un presupuesto que supera los 40 millones de dólares para apenas 24 kilómetros y aún no está garantizada su conclusión. El gobernador tampoco explicó las causas de semejante incremento presupuestario en el último POA.

 

¿Es el silencio la respuesta que se merece la ciudadanía ante cuestionamientos por obras que se sabe cuando empiezan pero no cuándo ni por cuánto acabarán?

 

La Cámara Boliviana de la Construcción, CABOCO, planteó fiscalizar las obras mediante un sistema moderno, el Sistema de Monitoreo de Obras Públicas, SIMOP. Ya no se volvió a oír hablar de SIMOP, pero al menos quedó la intención de fiscalizar a sus propios afiliados. El ejemplo debiera cundir en el ente departamental.

 

Pero el POA también contempla otras obras. Están la cuestionada Villa Olímpica y algunas represas que con lo colmatadas que ya están no podrán regar ni la décima parte de lo que originalmente habían ofrecido que lo harían.

 

A esta altura del calendario ya deberían estar (los técnicos de tan notoria ausencia) preparando el POA del 2011, pero de pensar en que vaya a ser una parodia administrativa como la de este año, ya comenzamos a sentir escalofríos.

 

Fue todo esto un estreno de autonomía que no se puede aplaudir. ¡Qué decimos aplaudir! ¡No se puede ni siquiera tolerar! De manera que vayamos pensando ya, de una vez, qué remedio le ponemos.


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