“Neo” Reforma Agraria

Lo que se buscaba no se logró y el dinámico cambio de las circunstanci9as que rodean la propiedad y el uso de la tierra deja sin efecto paradigmas aparentemente sólidos, para reemplazarlos o reinterpretarlos constantemente. Por definición, Reforma Agraria, es el conjunto de medidas...

Lo que se buscaba no se logró y el dinámico cambio de las circunstanci9as que rodean la propiedad y el uso de la tierra deja sin efecto paradigmas aparentemente sólidos, para reemplazarlos o reinterpretarlos constantemente.

Por definición, Reforma Agraria, es el conjunto de medidas políticas, económicas, sociales y legislativas cuyo fin es modificar la estructura de la propiedad y producción de la tierra.

Las reformas agrarias buscan solucionar dos problemas interrelacionados, la concentración de la propiedad de la tierra en pocos dueños (latifundismo) y la baja productividad agrícola debido a que no se emplea tecnologías apropiadas o a la especulación con los precios de la tierra que impide o desestima su uso productivo.

En las dos últimas dos décadas, a estos conceptos se agregó –cada vez con más fuerza- el de Seguridad Alimentaria, puesto que precisamente la mala distribución y el mal uso de la tierra han creado situaciones de hambre masiva y letal

Aunque existen muchas concepciones sobre Seguridad Alimentaria, formalmente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) durante la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996, definió que existe seguridad alimentaria "Cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa".

Enunciarlo es fácil, lograrlo está demostrado que resulta sumamente difícil, porque la disponibilidad, acceso, estabilidad de la oferta de alimentos, calidad, variedad y otros requisitos de la seguridad alimentaria está cruzados con los intereses del capital que busca en la agricultura industrial, o agro-negocios, rendimientos incompatibles con varios de los componentes indispensables de la seguridad alimentaria.

La agricultura industrial se centra en la producción masiva de un solo producto. Suele alcanzar un alto nivel de tecnificación y necesita una alta inversión de capital, energía y otros recursos, requiriendo normalmente trabajo externo y ayuda de especialistas. Es dudoso que sea sostenible en ausencia de una fuente masiva de energía barata como la obtenida, con alto costo ambiental, de los combustibles fósiles.

Una de sus características esenciales  es la orientación de las explotaciones agrícolas y ganaderas hacia un producto determinado, y esto da lugar a los monocultivos. En el caso de Bolivia, en el oriente, así como en el Brasil, Argentina y Paraguay el cultivo que tipifica al agro-negocio es la soya, que además ha sido manipulada genéticamente para obtener variedades transgénicas, monopolizadas por dos grandes corporaciones transnacionales: Monsanto y Cargill

Se impone, ante esto, repensar una vez más quien debe controlar la tierra y lo que ésta debe producir. Menuda responsabilidad para el Estado. Para cualquier Estado. Porque dejar que la asuman las ONG es grave error.


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