“El peor desastre ambiental en la historia de Bolivia": Fundación Tierra revela 10,1 millones de hectáreas quemadas
“El 2024 quedará en la memoria de los bolivianos como el año del peor desastre ambiental ocurrido en la historia boliviana”, afirma la organización.
La Fundación Tierra reveló que se han quemado 10.125.400 hectáreas, hasta el 30 de septiembre de 2024, se constituye en “el peor desastre ambiental en la historia de Bolivia", cifra que supera el récord histórico registrado en el año 2019. Las Tierras Comunitarias de Origen (TCO), las áreas protegidas y parte de las tierras fiscales han sido víctimas del fuego descontrolado.
“Bolivia registra un área quemada de 10.125.400 de hectáreas. Esta cifra supera el récord histórico en el año 2019, cuando se quemaron alrededor de 5,3 millones de hectáreas. La diferencia es de 4,8 millones de hectáreas, lo que equivale a un aumento de 90%”, dice el reporte de la organización experta en investigación.
Este lunes (07.10.2024), Fundación Tierra presentó un “reporte independiente” “no gubernamental, sin embargo, la información proporcionada fue trabajada con base en mosaicos satelitales, Sentinel-1, SI-2, S-3, composición infrarroja de onda corta (SWIR). En tanto que, para los registros históricos de focos de calor FIRMS, información satelital MODIS (Terra/Aqua) y VIIRS (NOAA-20. NOAA-21, S-NPP). Los datos son parciales porque los incendios continúan.
“El 2024 quedará en la memoria de los bolivianos como el año del peor desastre ambiental ocurrido en la historia boliviana”, afirma la organización. Siendo Santa Cruz el departamento más afectado con un área quemada de 6.916.700 hectáreas, lo que representa el 68% respecto al total de superficie quemada en Bolivia. En segundo lugar, está Beni con 2.905.900 (29%) hectáreas quemadas.
Es decir que “El 10% del país ha sido quemado”, afirmó el investigador de Fundación Tierra Gonzalo Colque, quien lamentó que el sitio web del Ministerio de Medio Ambiente y Agua no esté actualizado porque el último dato disponible de las quemas es de 2022.
Los incendios empezaron en junio de este año, pero el mes de septiembre concentra la mayor parte de los incendios con el 46%, agosto se ubica en el segundo lugar con el 34%. Aunque históricamente los incendios tienden a disminuir en el mes de octubre y, eventualmente, se extinguen hacia finales del mes en curso o inicios de noviembre.
El 97% de los incendios forestales se concentran en los departamentos de Santa Cruz y Beni. Del total, es decir de 10.125.400 hectáreas quemadas, el 58% (5.880.600 ha) es área boscosa y el 42% (4.244.700 ha) no es bosque. En Santa Cruz la mayor parte afectada es bosque, en Beni son pastos. El Ministerio de Medio Ambiente y Agua al 22 de septiembre reportó un área de 6,9 millones de hectáreas quemadas, desde esa fecha no ha actualizado sus datos. Sin embargo, la información no concuerda ni con el reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Santa Cruz ni con la investigación de Fundación Tierra.
El 27 de septiembre, el COED cruceño reportó 7 millones de hectáreas quemadas, para ese tiempo, el coordinador Jhonny Rojas calificó como el “mayor desastre ambiental” registrado en el departamento de Santa Cruz. Desde esa fecha, los incendios han continuado prácticamente con la misma intensidad.
Según la Fundación Tierra, tres municipios de Santa Cruz son los más afectados: San Matías (1,7 millones de ha), San Ignacio de Velasco (1,4 millones ha) y Concepción (1,4 millones de ha), otros municipios están por los 492 mil; el municipio de San Rafael 454 mil ha, Urubichá 414 mil ha.
Por otra parte, las mayores víctimas de acuerdo al tipo de propiedad son las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) (28%), las áreas protegidas (22), empresa (14%) y tierra fiscal disponible (12%), nuevos asentamientos (8%), y otros.
La organización concluyó que: “en gran medida, las TCO, las Áreas protegidas y parte de las tierras fiscales han sido víctimas del fuego descontrolado, pero también han sido focos de origen del fuego provocado dentro de las zonas con desmontes, asentamientos y ocupaciones de hecho”, se lee en el reporte.
Otra de las conclusiones es que “los principales tipos de propiedad agraria implicados son dos: las grandes propiedades ganaderas con autorizaciones de desmontes de la ABT y las comunidades asentadas por el INRA en tierras fiscales. Gran parte de los incendios tiene su origen en las áreas desmontadas para monocultivos a gran escala”.
El director de Tierra, Juan Pablo Chumacero, afirmó que se trata “un desastre de magnitudes nunca antes vistas en el país”, “los incendios forestales del 2024 superan en área quemada y focos de calor todos los registros históricos”, complementó.
La institución en su investigación hace una diferenciación entre las propiedades agrarias que son causantes del fuego y las propiedades agrarias víctimas de la propagación descontrolada del fuego. Considera fundamental separar a los culpables de las víctimas en el marco de un análisis más profundo, para eso comprometió un trabajo en esta línea próximamente.
La organización producto de la crítica situación provocada por los incendios, recomendó la aplicación inmediata y rigurosa de la ley, sin ningún tipo de injerencia política para identificar y sancionar a los responsables; asimismo, instó de manera urgente a las autoridades y a la población a iniciar un proceso de “construcción de un pacto social por los bosques” para evitar un nuevo desastre en 2025.