Analista hace un balance positivo del avance autonómico, pero ve un “estancamiento”
A 14 años de la vigencia del Estado Plurinacional, el proceso autonómico en Bolivia se encuentra “estancado”, porque los gobiernos subnacionales perdieron el impulso que hubo en un principio, aunque hay un balance positivo porque lo “subnacional se ha constituido”, explicó el analista Emilio Rodas.
El modelo autonómico está dividido en departamental, municipal, regional e indígena originario campesino, con sus respectivas competencias exclusivas, concurrentes y compartidas. De acuerdo con los datos del Servicio Estatal de Autonomías (SEA) tres departamentos tienen sus respectivos estatutos autonómicos.
Mientras que están vigentes al menos 24 cartas orgánicas municipales, cinco estatutos de gobiernos autónomos indígena originario campesinos, y una autonomía regional en el Chaco, de un universo de nueve departamentos y más de 300 gobiernos municipales distribuidos en toda Bolivia.
Rodas consideró que hay un “freno” en el avance autonómico, aunque en lo general hay “un balance positivo” por la materialización autonómica en el marco de un proceso de avance y consolidación del Estado Plurinacional.
Las autonomías tienen como fin distribuir las funciones político-administrativas del Estado “de manera equilibrada y sostenible en el territorio para la efectiva participación de las ciudadanas y ciudadanos en la toma de decisiones, la profundización de la democracia y la satisfacción de las necesidades colectivas y del desarrollo socioeconómico integral del país”.
En el referéndum de 2015, ganó el No a los estatutos departamentales en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca. Desde entonces no se volvió a retomar esos procesos en esos cinco departamentos. Similar situación se da en otros municipios, donde en 2017 ganó el No: Achocalla y Alto Beni (La Paz), Shinahota y Sicaya (Cochabamba), Vallegrande y Postrervalle (Santa Cruz) y Uriondo (Tarija).
“Hay que reimpulsar y repotenciar (este proceso), porque el territorio nacional está cambiando la geografía nacional, hay municipios que se están despoblando y otros sobrepoblando”, reflexionó el analista sobre este proceso inconcluso atribuible, justificó, a la falta de impulso de los subgobiernos e involucramiento de la sociedad.
Para Rodas, el reimpulso a este proceso debe tomar en cuenta el costo que implica la autonomía a partir de las diferentes competencias que asumirán los subgobiernos y que puede ser parte de un debate del próximo pacto fiscal.
“Ese costo competencial es una tarea del proceso autonómico que no lo hemos hecho nunca, no lo hemos enfrentado nunca”, afirmó y consideró importante también fortalecer los niveles de coordinación intergubernativos.
Según la Constitución Política del Estado, Bolivia es un Estado descentralizado y con autonomía”.