Hay disminución de las camas por el deterioro de equipos
Covid-19 en Bolivia: Intensivistas alertan colapso en UTI
Gutiérrez informó que trabajan con déficit de insumos, equipos, medicamentos, medidas de bioseguridad e impago al personal



La situación es crítica y preocupante en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en el país, no solo por el colapso, sino porque de 450 a 500 camas en todo el sector público del país, al menos el 30% se ha deteriorado por el uso, alerta el presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Joel Gutiérrez.
“La terapia intensiva está en terapia intensiva en este momento. Colapsada en su totalidad, no disponemos de camas”, declaró Gutiérrez a la ANF, en un momento en el que las alertas se reactivan ante una tercera ola de la pandemia del coronavirus (Covid-19).
Pero estos no son los únicos problemas, los reclamos continúan sobre la falta de equipos, insumos, medicamentos, medidas de seguridad para el personal que está en primera línea en esta “guerra” contra el virus y lo más “indignante” es que al personal no se le cancela sus sueldos, no tienen contratos, por ejemplo de los 265 intensivistas miembros de la Sociedad el 40% no tienen items.
A este escenario, Gutiérrez suma el estado de las camas en terapia intensiva, las que por el uso han tenido un deterioro acelerado. “Se ha ido deteriorando mucho equipamiento en las UTI del país. En todos los departamentos se ha deteriorado bastantes los equipamientos”, comentó.
Recordó que la Covid-19 “afecta dramáticamente los pulmones y puede provocar una complicación irreversible y de difícil manejo con los respiradores de alta gama: peor aún con los respiradores chinos (porque) absolutamente ninguno ha beneficiado al país, medianamente los equipos donados por el gobierno americano han generado la posibilidad de transportar pacientes críticos, pero no de ventilación sostenida como se requiere con estos pacientes”, explicó Gutiérrez.
Precisó que en febrero se habían incrementado alrededor de 450 a 500 camas en el sector público en todo el país, “pero hasta ahora se han deteriorado casi un 30%. Puso como ejemplos los casos del Domo de San Juan de Dios de Santa Cruz donde habían sido habilitadas 19 camas, pero ahora solo hay 9 en funcionamiento.
La situación es similar en Oruro, en el Hospital San Juan de Dios había 10 camas, solo tres ventiladores estarían funcionando; en Sucre las condiciones son parecidas, en el Hospital de La Jastambo de ocho camas dos están en funcionamiento, en el Hospital Gastroentereológico de siete camas, tres están trabajando.
“Entonces, en el país se han disminuido las camas de terapia intensiva”, expresó Gutiérrez a modo de información y preocupación por los casos Covid-19.
Manifestó que el otro problema es que en todo el país no pasan de 280 a 300 intensivistas, cuando deberían ser 600 para atender requerimientos básicos y en tiempos de pandemia se debería incrementar en un 10%; por otra parte, para una población de 10 millones de habitantes al menos se debería contar con 1.200 a 1.300 camas “en tiempos normales”, precisó.
“Entonces, estamos carentes de especialistas, carentes de personal médico y en terapia intensiva no solo trabaja el médico, sino la enfermera intensivista y otro tipo de personal que son fundamental en este tiempo”, sostuvo Gutiérrez.