El maltrato infantil, agravado, es un desafío pendiente para Bolivia y América Latina
El maltrato hacia niñas, niños, adolescentes y jóvenes, adopta diversas formas: violencia física, psicológica, abuso sexual, explotación laboral y sexual, desatención o negligencia, y puede ser propiciada por parte de las personas encargadas del cuidado. Esta situación pone en peligro su...
El maltrato hacia niñas, niños, adolescentes y jóvenes, adopta diversas formas: violencia física, psicológica, abuso sexual, explotación laboral y sexual, desatención o negligencia, y puede ser propiciada por parte de las personas encargadas del cuidado. Esta situación pone en peligro su desarrollo, dañando su integridad, su salud, estabilidad emocional e inclusive su supervivencia.
“Desde Aldeas Infantiles SOS Bolivia en el Día Internacional contra el Maltrato Infantil (25 de abril) nos parece importante visibilizar los altos niveles de violencia hacia niños, niñas y adolescentes presentes en América Latina y el Caribe, y particularmente en Bolivia. Es de nuestro especial interés, relevar los riesgos de desprotección que sufren los niños, niñas y adolescentes, así como promover que se desarrollen acciones preventivas para procurar crear entornos afectivos, seguros y protectores”, afirmó Alfonso Lupo, Director Nacional de Aldeas Infantiles SOS.
“En ese sentido, estamos convencidas y convencidos que todas las personas, padres, madres, tutores, sociedad civil y gobiernos debemos de trabajar juntos para redoblar esfuerzos durante este periodo de aislamiento preventivo, con el fin de que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, puedan vivir en hogares libres de violencia donde se les brinde amor y protección”, remarcó.
Cada año, más de seis millones de niñas y niños sufren abuso severo en los países de América Latina y el Caribe y más de 80.000 mueren a causa de la violencia doméstica. La crisis causada por la pandemia del coronavirus (Covid-19) y sus condiciones de confinamiento aumenta la vulnerabilidad a la violencia y el malestar psicosocial en la niñez, adolescencia y juventud.
Las tensiones que atraviesan las familias en asilamiento social, así como la falta de acceso a espacios y servicios de protección aumentan la posibilidad de que se agudice la violencia doméstica.
Con relación al maltrato infantil, antes de este periodo, los datos ya eran alarmantes, según un estudio realizado por el INE en base a la Encuesta de Demografía y Salud 2003 (ENDSA), en nuestro país el 83% de niños, niñas y adolescentes son castigados física o psicológicamente.
La situación durante la pandemia se ha agudizado, datos compartidos por la FELCV constatan que desde el inicio de la cuarentena se han registrado 7 casos de rapto de menores de edad, 44 casos de violación a infante, niño, niña o adolescente, 1 infanticidio y 1282 casos de violencia doméstica.
En este marco, la violencia específica contra las niñas y adolescentes mujeres, es una de las violaciones a los derechos humanos más extendida, naturalizada, persistente y devastadora.
La violencia de género contra niñas y adolescentes tiene múltiples consecuencias para su desarrollo, ya que se corre el riesgo de naturalizar desde edades tempranas hechos violentos de alta gravedad, lo que puede generar consecuencias irreversibles, como el feminicidio.
La situación actual de confinamiento que atraviesa el mundo entero, a raíz de la pandemia por el COVID-19 es un agravante adicional, ya que las víctimas al estar más tiempo en casa, cerca de su posible agresor y ante la condición, muchas veces de dependencia y de contexto que les impide denunciar, podrían verse expuestas a situaciones violentas por más tiempo.
Ellas están enfrentando realidades de maltrato en su propio hogar, del cual no pueden huir, debido a las restricciones de la circunstancia actual.
Como vemos el maltrato infantil es una de las vulneraciones de derechos humanos más grandes que existen hoy en día, paradójicamente cometida muchas veces por quienes deberían ser responsables del bienestar de la niñez, adolescencia y juventud.
Es en este contexto que Aldeas Infantiles SOS Bolivia promueve entornos protectores y de cuidado familiar, trabaja de forma preventiva e individualizada con cientos de familias a nivel nacional, para brindarles herramientas que les ayuden a criar a sus hijas e hijos sin violencia, y les puedan brindar espacios seguros para su desarrollo.
Al haber reconocido el incremento del riesgo que sufren la niñez en mayor situación de vulnerabilidad durante esta emergencia, la organización ha desplegado nuevas estrategias de trabajo con las familias participantes de los servicios para que puedan desarrollarse en un entorno afectivo, seguro y protector.
“Hoy, queremos dirigirnos a madres, padres, tías, tíos, cuidadoras/es, tutores y a cualquier persona que está a cargo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, y también a representantes de los distintos niveles de gobierno, para que tomen conciencia de las terribles vulneraciones que se dan a los derechos de la niñez en nuestro país. Sólo si trabajamos juntos podremos promover hogares libres de maltrato” concluyó el Director de la organización.
“Desde Aldeas Infantiles SOS Bolivia en el Día Internacional contra el Maltrato Infantil (25 de abril) nos parece importante visibilizar los altos niveles de violencia hacia niños, niñas y adolescentes presentes en América Latina y el Caribe, y particularmente en Bolivia. Es de nuestro especial interés, relevar los riesgos de desprotección que sufren los niños, niñas y adolescentes, así como promover que se desarrollen acciones preventivas para procurar crear entornos afectivos, seguros y protectores”, afirmó Alfonso Lupo, Director Nacional de Aldeas Infantiles SOS.
“En ese sentido, estamos convencidas y convencidos que todas las personas, padres, madres, tutores, sociedad civil y gobiernos debemos de trabajar juntos para redoblar esfuerzos durante este periodo de aislamiento preventivo, con el fin de que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, puedan vivir en hogares libres de violencia donde se les brinde amor y protección”, remarcó.
Cada año, más de seis millones de niñas y niños sufren abuso severo en los países de América Latina y el Caribe y más de 80.000 mueren a causa de la violencia doméstica. La crisis causada por la pandemia del coronavirus (Covid-19) y sus condiciones de confinamiento aumenta la vulnerabilidad a la violencia y el malestar psicosocial en la niñez, adolescencia y juventud.
Las tensiones que atraviesan las familias en asilamiento social, así como la falta de acceso a espacios y servicios de protección aumentan la posibilidad de que se agudice la violencia doméstica.
Con relación al maltrato infantil, antes de este periodo, los datos ya eran alarmantes, según un estudio realizado por el INE en base a la Encuesta de Demografía y Salud 2003 (ENDSA), en nuestro país el 83% de niños, niñas y adolescentes son castigados física o psicológicamente.
La situación durante la pandemia se ha agudizado, datos compartidos por la FELCV constatan que desde el inicio de la cuarentena se han registrado 7 casos de rapto de menores de edad, 44 casos de violación a infante, niño, niña o adolescente, 1 infanticidio y 1282 casos de violencia doméstica.
En este marco, la violencia específica contra las niñas y adolescentes mujeres, es una de las violaciones a los derechos humanos más extendida, naturalizada, persistente y devastadora.
La violencia de género contra niñas y adolescentes tiene múltiples consecuencias para su desarrollo, ya que se corre el riesgo de naturalizar desde edades tempranas hechos violentos de alta gravedad, lo que puede generar consecuencias irreversibles, como el feminicidio.
La situación actual de confinamiento que atraviesa el mundo entero, a raíz de la pandemia por el COVID-19 es un agravante adicional, ya que las víctimas al estar más tiempo en casa, cerca de su posible agresor y ante la condición, muchas veces de dependencia y de contexto que les impide denunciar, podrían verse expuestas a situaciones violentas por más tiempo.
Ellas están enfrentando realidades de maltrato en su propio hogar, del cual no pueden huir, debido a las restricciones de la circunstancia actual.
Como vemos el maltrato infantil es una de las vulneraciones de derechos humanos más grandes que existen hoy en día, paradójicamente cometida muchas veces por quienes deberían ser responsables del bienestar de la niñez, adolescencia y juventud.
Es en este contexto que Aldeas Infantiles SOS Bolivia promueve entornos protectores y de cuidado familiar, trabaja de forma preventiva e individualizada con cientos de familias a nivel nacional, para brindarles herramientas que les ayuden a criar a sus hijas e hijos sin violencia, y les puedan brindar espacios seguros para su desarrollo.
Al haber reconocido el incremento del riesgo que sufren la niñez en mayor situación de vulnerabilidad durante esta emergencia, la organización ha desplegado nuevas estrategias de trabajo con las familias participantes de los servicios para que puedan desarrollarse en un entorno afectivo, seguro y protector.
“Hoy, queremos dirigirnos a madres, padres, tías, tíos, cuidadoras/es, tutores y a cualquier persona que está a cargo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, y también a representantes de los distintos niveles de gobierno, para que tomen conciencia de las terribles vulneraciones que se dan a los derechos de la niñez en nuestro país. Sólo si trabajamos juntos podremos promover hogares libres de maltrato” concluyó el Director de la organización.