Evo “quema” la carta del diálogo y crece la tensión en el país
Probablemente el Gobierno debía haber convocado el diálogo antes de encargar la auditoría a la Organización de Estados Americanos (OEA), pues probablemente de ese diálogo, el primer punto hubiera sido convocar exactamente esa auditoría, pero no se hizo. Casi tres semanas después, cuando...



Probablemente el Gobierno debía haber convocado el diálogo antes de encargar la auditoría a la Organización de Estados Americanos (OEA), pues probablemente de ese diálogo, el primer punto hubiera sido convocar exactamente esa auditoría, pero no se hizo.
Casi tres semanas después, cuando el pedido ha pasado de “segunda vuelta” a “renuncia” y Luis Fernando Camacho se ha convertido en una suerte de “mártir de la democracia”, los asesores de Evo Morales le recomendaron un nuevo acto unilateral: convocar solo a los partidos con representación parlamentaria futura un diálogo- que implica el reconocimiento de esa elección cuestionada -, sin haber siquiera asegurado una manifestación positiva. Hasta el candidato del PDC, Chi Hyun Chung, que inicialmente pareció aceptar, acabó poniendo condiciones para ello.
Morales quemó aceleradamente una nueva carta maestra y son pocas las que le quedan en la manga, si es que le queda alguna. Durante 14 años el Movimiento Al Socialismo (MAS) se ha jactado de llevar siempre la iniciativa política. De ir por delante. De definir los encuadres. Esta vez va por detrás y a la defensiva.
Ayer, el Ministerio de Gobierno emitió un compromiso de decreto para aprobar algunas de las demandas policiales, como la jubilación, que en su criterio fue el desencadenante del motín y no lo que tiene que ver con el supuesto apoyo a la oposición. La medida tuvo un efecto similar a la abrogación del decreto del litio que los potosinos llevaban semanas reclamando: ninguno. M{as bien, acaba por envalentonar más a los movilizados y dar la sensación de que “van ganando”, si es que esto va de ganar.
20 minutos después de la convocatoria de Morales, compareció el comandante en jefe Williams Kaliman, un firme defensor de Morales hasta hace unos días, para afirmar que no se movilizarían y circunscribir el asunto a la política.
“Ante la convulsión social en la que está sumida nuestra amada Bolivia, las FFAA, como institución fundamental de la patria, se encuentran totalmente cohesionadas bajo el mando militar, apegados a la disciplina, el orden y el respeto a la Constitución Política del Estado, como celosos guardianes de la defensa, seguridad y estabilidad del Estado” dijo.
No lo hizo el viernes en la noche mientras había vigilias en los cuarteles policiales. Lo hizo veinte minutos después de la declaración presidencial – que incluyó un mensaje a la movilización y defensa de sus militantes – y se bajó del atril sin responder preguntas y con media sonrisa en la calle.
Enfrentamientos
Aun así los conflictos prendieron. En Sucre, en Oruro, en El Alto, en La Paz. Enfrentamientos, pedradas, rumores de todo tipo, casas particulares incendiadas – como la del Gobernador de Oruro – y renuncias de altos cargos del Movimiento Al Socialismo.
El Alto y La Paz se preparan más o menos conscientemente para una de esas jornadas negras de memoria mientras cívicos en caravana tratan de llegar a la sede de Gobierno y los vecinos de El Alto alistan una bienvenida poco amistosa, como ya se vivió en diferentes comunidades del trayecto.
La Organización de Estados Americanos (OEA) parece haber terminado su trabajo de auditoría. Un proceso en el que la oposición no cree y al que el Gobierno no ha esperado para seguir moviendo fichas. Se prevé que el informe llegue el martes o el miércoles, pero que tenga poco efecto en el corto plazo, al menos mientras la comunidad internacional guarde silencio.
La Comunidad Internacional, a la espera de la OEA
El Gobierno de Evo Morales ha logrado el apoyo de sus aliados ideológicos de Venezuela, Cuba y del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, mientras tanto, la comunidad internacional no ha reconocido los resultados en primera vuelta promulgados por el TSE y espera la resolución de la auditoría realizada por la Organización de Estados Americanos para delimitar su posición. Mientras, los opositores en Bolivia desconocen esta solución y exigen la renuncia.
Casi tres semanas después, cuando el pedido ha pasado de “segunda vuelta” a “renuncia” y Luis Fernando Camacho se ha convertido en una suerte de “mártir de la democracia”, los asesores de Evo Morales le recomendaron un nuevo acto unilateral: convocar solo a los partidos con representación parlamentaria futura un diálogo- que implica el reconocimiento de esa elección cuestionada -, sin haber siquiera asegurado una manifestación positiva. Hasta el candidato del PDC, Chi Hyun Chung, que inicialmente pareció aceptar, acabó poniendo condiciones para ello.
Morales quemó aceleradamente una nueva carta maestra y son pocas las que le quedan en la manga, si es que le queda alguna. Durante 14 años el Movimiento Al Socialismo (MAS) se ha jactado de llevar siempre la iniciativa política. De ir por delante. De definir los encuadres. Esta vez va por detrás y a la defensiva.
Ayer, el Ministerio de Gobierno emitió un compromiso de decreto para aprobar algunas de las demandas policiales, como la jubilación, que en su criterio fue el desencadenante del motín y no lo que tiene que ver con el supuesto apoyo a la oposición. La medida tuvo un efecto similar a la abrogación del decreto del litio que los potosinos llevaban semanas reclamando: ninguno. M{as bien, acaba por envalentonar más a los movilizados y dar la sensación de que “van ganando”, si es que esto va de ganar.
20 minutos después de la convocatoria de Morales, compareció el comandante en jefe Williams Kaliman, un firme defensor de Morales hasta hace unos días, para afirmar que no se movilizarían y circunscribir el asunto a la política.
“Ante la convulsión social en la que está sumida nuestra amada Bolivia, las FFAA, como institución fundamental de la patria, se encuentran totalmente cohesionadas bajo el mando militar, apegados a la disciplina, el orden y el respeto a la Constitución Política del Estado, como celosos guardianes de la defensa, seguridad y estabilidad del Estado” dijo.
No lo hizo el viernes en la noche mientras había vigilias en los cuarteles policiales. Lo hizo veinte minutos después de la declaración presidencial – que incluyó un mensaje a la movilización y defensa de sus militantes – y se bajó del atril sin responder preguntas y con media sonrisa en la calle.
Enfrentamientos
Aun así los conflictos prendieron. En Sucre, en Oruro, en El Alto, en La Paz. Enfrentamientos, pedradas, rumores de todo tipo, casas particulares incendiadas – como la del Gobernador de Oruro – y renuncias de altos cargos del Movimiento Al Socialismo.
El Alto y La Paz se preparan más o menos conscientemente para una de esas jornadas negras de memoria mientras cívicos en caravana tratan de llegar a la sede de Gobierno y los vecinos de El Alto alistan una bienvenida poco amistosa, como ya se vivió en diferentes comunidades del trayecto.
La Organización de Estados Americanos (OEA) parece haber terminado su trabajo de auditoría. Un proceso en el que la oposición no cree y al que el Gobierno no ha esperado para seguir moviendo fichas. Se prevé que el informe llegue el martes o el miércoles, pero que tenga poco efecto en el corto plazo, al menos mientras la comunidad internacional guarde silencio.
La Comunidad Internacional, a la espera de la OEA
El Gobierno de Evo Morales ha logrado el apoyo de sus aliados ideológicos de Venezuela, Cuba y del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, mientras tanto, la comunidad internacional no ha reconocido los resultados en primera vuelta promulgados por el TSE y espera la resolución de la auditoría realizada por la Organización de Estados Americanos para delimitar su posición. Mientras, los opositores en Bolivia desconocen esta solución y exigen la renuncia.