Cocarico: hubo gente que usó el INRA para el tráfico de tierras
Las denuncias sobre tráfico de tierras no es un tema excepcional para el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico quien dijo que siempre hubo ese tipo de hechos y que mucha gente se enriqueció con propiedades “mal habidas” y usó instituciones del Estado como el Instituto...
Las denuncias sobre tráfico de tierras no es un tema excepcional para el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico quien dijo que siempre hubo ese tipo de hechos y que mucha gente se enriqueció con propiedades “mal habidas” y usó instituciones del Estado como el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) para concretar sus posesiones ilegales.
“Ese tipo de trabajo siempre hubo, eso no es nuevo, ese tipo de tráfico de tierras siempre hubo y hay mucha gente que ha utilizado a instituciones del Estado, especialmente al INRA para poder sanear ese derecho propietario mal adquirido”, aseguró Cocarico consultado sobre las denuncias de traficantes de tierras en su gestión e incluso sobre clanes familiares.
Cocarico aseguró que en el país mucha gente se hizo rica “engordando la tierra”. “¿Cómo funcionaba esto?, si yo tenía dinero compraba maquinaria, entraba a un terreno que presumiblemente no le pertenece a nadie, me apropio, de hecho tomo posesión y luego voy al INRA para pedir saneamiento. Y me apropio de 5 mil a 7 mil hectáreas solo con una inversión”, explicó.
Señaló que después de cumplido el saneamiento los que posesionaban tierras “mal habidas” las vendían en millones de bolivianos tras dos o tres años de su toma y así consumaban la apropiación ilegal de tierras del Estado.
Según el titular de Desarrollo Rural y Tierras, habrá gente que pretenderá seguir influyendo en el INRA para que se siga saneando tierras mal habidas y mal posesionadas. “No vamos a permitir más aquello, vamos a seguir trabajando en mejorar las entidades del Estado”, dijo.
El año que concluye fue marcado por denuncias en contra de un presunto clan denominado “Cocarico –Yana” en alusión al hermano del Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Rogelio Carlos Cocarico Yana involucrado en la extorsión a una colonia menonita a cambio de títulos agrarios, quien fue enviado a la cárcel de Palmasola con detención preventiva. Otro de sus hermanos también fue señalado por cobros ilegales a comunidades campesinas en Tarija.
Sin embargo, el ministro Cocarico afirmó: “hoy hemos terminado todo eso y tenemos informe de eso”. No obstante, sus familiares cercanos fueron denunciados de extorsionar a menonitas y de realizar cobros irregulares a campesinos en su nombre. Entonces el titular de Desarrollo Rural y Tierras salió al paso para aclarar que los delitos son personales y que no obstaculizó las investigaciones, aunque no convenció a la oposición que consideró su conducta como una presunta complicidad.
La Fundación Tierra a través de su director, Gonzalo Colque denunció que “el INRA se convirtió en una institución al servicio de traficantes de tierras” y de grupos de poder afines al Gobierno del presidente Evo Morales.
Electoralización de la tierra
Ante un año electoral inminente se consultó a Cocarico, si este no será un detonante para electoralizar la distribución de tierras fiscales. Respondió: “la distribución de tierras nunca ha sido electoralista; más bien ha sido de acuerdo a nuestra visión. Nosotros creemos que la tierra tiene que servir para producir y no para engorde”.
“Ese tipo de trabajo siempre hubo, eso no es nuevo, ese tipo de tráfico de tierras siempre hubo y hay mucha gente que ha utilizado a instituciones del Estado, especialmente al INRA para poder sanear ese derecho propietario mal adquirido”, aseguró Cocarico consultado sobre las denuncias de traficantes de tierras en su gestión e incluso sobre clanes familiares.
Cocarico aseguró que en el país mucha gente se hizo rica “engordando la tierra”. “¿Cómo funcionaba esto?, si yo tenía dinero compraba maquinaria, entraba a un terreno que presumiblemente no le pertenece a nadie, me apropio, de hecho tomo posesión y luego voy al INRA para pedir saneamiento. Y me apropio de 5 mil a 7 mil hectáreas solo con una inversión”, explicó.
Señaló que después de cumplido el saneamiento los que posesionaban tierras “mal habidas” las vendían en millones de bolivianos tras dos o tres años de su toma y así consumaban la apropiación ilegal de tierras del Estado.
Según el titular de Desarrollo Rural y Tierras, habrá gente que pretenderá seguir influyendo en el INRA para que se siga saneando tierras mal habidas y mal posesionadas. “No vamos a permitir más aquello, vamos a seguir trabajando en mejorar las entidades del Estado”, dijo.
El año que concluye fue marcado por denuncias en contra de un presunto clan denominado “Cocarico –Yana” en alusión al hermano del Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Rogelio Carlos Cocarico Yana involucrado en la extorsión a una colonia menonita a cambio de títulos agrarios, quien fue enviado a la cárcel de Palmasola con detención preventiva. Otro de sus hermanos también fue señalado por cobros ilegales a comunidades campesinas en Tarija.
Sin embargo, el ministro Cocarico afirmó: “hoy hemos terminado todo eso y tenemos informe de eso”. No obstante, sus familiares cercanos fueron denunciados de extorsionar a menonitas y de realizar cobros irregulares a campesinos en su nombre. Entonces el titular de Desarrollo Rural y Tierras salió al paso para aclarar que los delitos son personales y que no obstaculizó las investigaciones, aunque no convenció a la oposición que consideró su conducta como una presunta complicidad.
La Fundación Tierra a través de su director, Gonzalo Colque denunció que “el INRA se convirtió en una institución al servicio de traficantes de tierras” y de grupos de poder afines al Gobierno del presidente Evo Morales.
Electoralización de la tierra
Ante un año electoral inminente se consultó a Cocarico, si este no será un detonante para electoralizar la distribución de tierras fiscales. Respondió: “la distribución de tierras nunca ha sido electoralista; más bien ha sido de acuerdo a nuestra visión. Nosotros creemos que la tierra tiene que servir para producir y no para engorde”.