Poma y el retiro de Álvaro Ruíz
El viceministro de Autonomías y último candidato del MAS en Tarija ha perdido la confianza de Evo Morales y de Luis Arce, por separado. Marcelo Poma se alza como alternativa. Ruíz busca un último contrataque
Álvaro Ruíz está en problemas. Desde fuera, nadie lo identifica como un líder del MAS Tarija. Desde dentro lo consideran un producto amortizado. Los últimos señalamientos a la ausencia de oposición total en el departamento le han motivado para dar una especie de último pataleo y dejar algunas pruebas de vida en las redes sociales, pero los dos poderes fácticos en el oficialismo, Evo Morales y Luis Arce, parecen haber activado la maquinaria para relevarlo de sus funciones físicas y simbólicas. ¿Tiene margen Ruíz para revertir la situación? Y, sobre todo ¿Está dispuesto a hacerlo? Marcelo Poma parece ser, de momento, el repuesto para suplir al caído en desgracia.
Una hoja de servicios insustancial
Álvaro Ruíz es el actual Viceministro de Autonomías, un cargo menor que esencialmente se ocupa de guerrear conflictos locales y regionales entre pueblos indígenas, municipios o asuntos de límites departamentales ahora que el asunto de las Cartas Orgánicas es básicamente pasado, porque nadie está dispuesto a ganar millonadas en un referéndum para unos documentos que nadie sabe para qué sirven.
La pega no era la esperada, aunque le sobraba el perfil: Álvaro Ruíz ha sido alcalde de Uriondo diez años, uno de los pocos municipios con Carta Orgánica refrendada, y desde ahí saltó a la Federación de Asociaciones Municipales (FAM), en la práctica un organismo más poderoso y más autónomo que el propio Viceministerio, cuyo único consuelo es estar dentro de la estructura del Ministerio de la Presidencia, otrora poderoso brazo ejecutor del poder y actualmente una especie de oficina de Coordinación con los deseos de Evo Morales.
En cualquier caso, el salto a la estructura nacional no le vino por ahí, sino por haber sido el último candidato a Gobernador de Tarija por el MAS. Tras la derrota frente a Óscar Montes, “corresponde” jubilación o reubicación. Tal vez a Ruíz le hubiera gustado un premio como a su antecesor Pablo Canedo, al que después de una derrota sonrojante de casi 20 puntos en 2015 le esperó la Oficina Técnica del Pilcomayo primero y el Consulado en Washington después. Justo en la previa del supuesto golpe.
A Ruíz no le fue tan mal, de hecho, los datos dicen que se impuso en la primera vuelta por la mínima, aunque apenas ganó nada en la segunda y acabó perdiendo por diez puntos. Carlos Cabrera en 2010 sigue siendo el mejor candidato de siempre del MAS, que se quedó a solo tres puntos de Mario Cossío y, por cierto, siguió laburando prácticamente solo en la Universidad, donde también fue golpeado por otros nuevos masistas.
El problema con Ruíz en el MAS venía de antes, y es que su interés por la política fue relativamente precoz después de una corta carrera como empresario – su familia es accionista de Pil Tarija y él importa químicos para la minería en una empresa radicada en Cochabamba -. SU primera incursión en la arena política fue de la mano de Unidad Nacional; después ganó la alcaldía de Uriondo en 2010 con el Camino al Cambio de Mario Cossío, pero no tardó en abrazar al Movimiento Al Socialismo. En 2015 logró la reelección ya con el partido azul y de a poco se fue haciendo un hueco en el aparato.
Ruíz no era un nuevo rico más ni un “fichaje” de esos supuestamente “estratégicos” en Tarija que solo buscaron la oreja del presidente y acabaron desdibujando el proyecto, pronto se involucró en el día a día del partido organizando su propio aparato, nacido a partir del poder municipal que alimentó desde la Asociación de Municipios de Tarija (AMT), y que después empezó a tener incidencia en la Federación de Campesinos, con Eider Quiroga como aliado, y que acabó controlando la sigla a través de Carlos Acosta, presidente departamental del MAS.
En este posicionamiento se fue granando de enemigos y adversarios. En el Chaco nunca lo vieron con buenos ojos, mientras que entre los movimientos sociales y en el sector advenedizo, más cercano a Álvaro García Linera, desconfiaban de su buena voluntad. Ruíz tuvo que emplearse a fondo para acercarse a Evo Morales – a lo que le ayudó y mucho la vendimia - e hizo varias apuestas estratégicas desde la FAM, como contratar a Luis Arce de consultor en los momentos de su enfermedad, que después le han valido como llave de apertura de puertas. Ruíz fue también uno de los pocos que se mantuvo en pie tras la caída de Morales, uno de los pocos que articuló oposición a Jeanine Áñez desde la FAM con la gestión del Covid en general y pasó amplias temporadas en Buenos Aires de la mano de Evo, de hecho fue de los pocos que estuvo en la proclamación de Luis Arce como candidato.
Aún así, su nominación como candidato fue con extrema polémica luego de que Walter Ferrufino – ejecutivo de O´Connor – se nominara y se presentara en la plaza y Evo levantara las manos en la determinación, lo que fue aprovechado por Acosta para imponer su poder orgánico. Aquello dejó heridas.
Desde entonces, Acosta juega un juego fratricida en casi todas las regionales, mientras que los antiguos del lugar se preguntan qué ha logrado Ruíz para el MAS Tarija luego de sus peores resultados nacionales – perdió en 2019 y perdió en 2020 – y legislativos departamentales – ha perdido el control de la Asamblea – y municipales – además de Cercado ha perdido Uriondo y Entre Ríos, y sin que se haya logrado mantener los ejecutivos seccionales electos.
Los amarres de Poma
El MAS Tarija lleva un año de travesía en el desierto. En realidad, más, pero desde que se cerró la crisis con la elección de Luis Arce, el partido ha olvidado su implicación territorial y simplemente ha dejado hacer al gobernador Óscar Montes, que ha neutralizado algunos de los elementos poderosos de hacer oposición, que precisamente gestionó Ruíz, como el débito automático de la Ley del 8 por ciento.
Después de las alertas, Ruíz se ha dado cuenta y ha intentado reaccionar en sus redes sociales, pero parece tarde. Luis Arce ya ha elegido vocero: Marcelo Poma Gutiérrez fue ungido el jueves como “coordinador gubernamental”, un cargo que anteriormente ejercían ministros designados para tal fin o bien lo asumía por defecto un ministro tarijeño, que en esta ocasión, no hay.
Poma ya había dicho presente durante los conflictos de noviembre, donde hubo movilizaciones contra la Estrategia de Lucha Contra las Ganancias Ilícitas impulsada por el Gobierno y que finalmente tuvo que bajar. Entonces Poma se presentó como una especie de coordinador de los funcionarios de las descentralizadas desde su cargo de Director de la Autoridad de Transporte y Telecomunicaciones (ATT). Le tocó defender a Arce y como eso de hablar siempre se le ha dado y ante la flagrante escasez de voceros que tiene el MAS Tarija, pronto llamó la atención en la planta noble.
Poma no es ningún aterrizado, pues ya ha batido varios récords de precocidad en Tarija. Desde muy joven empezó a despuntar dentro de los interculturales, y su nombre se asoció a la gestión de varios asentamientos en la zona periurbana, su familia al completo empezó a dedicarse a ello y tampoco tardaron en tildarlos de loteadores. Hasta hoy. Fue entonces cuando Poma saltó a la primera Asamblea Legislativa Departamental de Tarija en 2010.
Desde allí rompió sus barreras y se hizo más conocido como vocero del MAS, normalmente por ser orador a las duras y a las maduras, y también por sus correrías más juveniles junto a José Quecaña y el mismísimo Justino Zambrana. Era abogado y tenía gusto por pleitear, así que en 2014 lo colocaron como delegado ante el Tribunal Electoral Departamental para poder vocear en el conteo de las nacionales. Salió arrastras, pero el MAS ganó el curul de la 40, que a la postre significó la última mayoría absoluta de Evo Morales. Casi nada. Con las aguas calmas, lo mandaron de cónsul a Valencia y Barcelona, donde estuvo toda la gestión hasta 2019. De ahí a noviembre.
Poma es un poco de todos y de nadie. Nadie pone en duda que sea un masista de cuna, migrado, bregado en los asentamientos sin agua y sin luz; tampoco que le guste la buena vida, las camisas caras y el poder. Tuvo sus más y sus menos con Gilbert Muñoz, con Lino Condori y su círculo de la Gobernación, con la vieja guardia de los Eulalios Sánchez y Abeles Aguilar y no tuvo nada que ver con el campo nunca, pero ahí está, sobrevivió a todos.
La lucha por el poder
Luis Arce fue el principal apoyo de Álvaro Ruíz en la consecución de sus objetivos, pero ha dejado de sumar. Arce ya se había refugiado en los lazos familiares de su esposa María Lourdes Durán Romero para depositar los designios de la suerte en Tarija, pero controlan medios, empresas y bancos, pero carecen de legitimidad sobre el movimiento, de ahí la apuesta arriesgada de Arce.
Ruíz había dejado de sumar desde que enfrentó a Ferrufino, desde siempre apoyado por el linismo, pero su última batalla con Pilar Lizárraga – intermediada por Carlos Acosta – en la dirección provincial de Cercado lo acabó por neutralizar como activo. El nombramiento oficial de Poma como coordinador gubernamental le acaba de quitar a Ruíz toda la capacidad de maniobrar en el partido y todos saben que hace tiempo se revisa con lupa la gestión en Uriondo, con el estadio de El Tónel, inversión de por sí poco defendible, en el punto de mira.
Lo que no está claro es si Poma es también la apuesta de Evo Morales para encabezar el partido. El Congreso sigue en el aire y Lizárraga, que representa a los históricos y a los más ideologizados, ya ha exigido fecha concreta. La intención del MAS a nivel nacional es reconfigurar un partido fuerte que sea capaz de generar propuestas para marcar línea al Gobierno Nacional, pero que además crezca en las regiones a la manera clásica, coordinando la oposición a la Gobernación o al Municipio, tarea que en demasiadas ocasiones se delega en los asambleístas o concejales que en realidad no responden al aparato sino a intereses particulares o, como mucho, a su organización.
Lo cierto es que Poma, probablemente, no había imaginado un retorno más triunfal a la primera línea del MAS luego de haber sido jubilado precozmente, con destino dorado, pero jubilado. Más viejo y más cerebral empieza a una nueva etapa en el MAS Tarija, aunque nadie sabe cuánto recorrido podrá tener y cuántas guerrillas tendrá que enfrentar hasta su eventual toma del poder orgánica departamental.