Rumbo al 18-O
El voto Cristiano del que ya nadie habla
En 2019 Chi irrumpió en la campaña con un discurso conservador cristiano, que también fue transversal en las movilizaciones contra Morales, sin embargo, un año después, el asunto ha desaparecido de la primera línea, salvo para Chi.



Cuando en agosto de 2019 el Partido Demócrata Cristiano cambió a su candidato Jaime Paz Zamora, un socialdemócrata no sospechoso de anticlerical, por el pastor coreano Chi Hyun Chung, Dios irrumpió en la campaña electoral boliviana como nunca lo había hecho.
El Pastor Evangélico se alineó en las tesis contra la ideología de género y la exacerbación de “valores tradicionales” – léase machismo clásico – para abrirse un espacio entre el electorado, muy cansado de escuchar las mismas propuestas de unos y otros en una campaña que fue tediosa. En los 14 años del MAS no hubo una revolución cultural ni sexual, ni matrimonio homosexual ni aborto libre ni nada parecido – precisamente por su alianza con el sector evangélico -, pero la utilización política de la Fe llevó a Morales e incluso a García Linera a asistir a misa y venerar a San Roque, además de propiciar numerosos actos de donación en Hogares y otros espacios.

La Fe también le dio a Luis Fernando Camacho un sostén elemental para llevar adelante los levantamientos que acabaron derrocando a Evo Morales. Camacho – divorciado y más devoto carnavalero que feligrés – se envolvió en valores tradicionales rosario en mano cada noche a los pies del Cristo de la Concordia de Santa Cruz. “Devolver la Biblia a Palacio” se convirtió en un significante vacío que logró adhesiones múltiples. La cosa es que el 10 de noviembre acabó metiendo la Biblia en Palacio dejando atónitos a los agnósticos de medio mundo.
Evo acabó renunciando y Áñez se nombró Presidenta en el pleno de la Asamblea Legislativa sin presencia del MAS. En la puerta agarró la Biblia más antigua y grande que tuvo a mano y se dirigió a Palacio Quemado. En la puerta hizo un discurso improvisado – y susurrado por Murillo – donde hizo referencias a Dios y el retorno al poder ejecutivo. Después se puso la banda y salió al balcón, donde las Sagradas Escrituras empezaron a pasar de mano en mano.
Acabada la revuelta, Áñez empezó a gobernar, y la Biblia fue – afortunadamente - perdiendo protagonismo en los discursos. El debate Cristianos – Católicos no beneficiaba a nadie. Áñez acudió a los lugares de rigor y solo en mitad de la pandemia, ya con todos los asuntos desbordados, algunos ministros y epidemiólogos se encomendaron a Dios y a las oraciones para superar la crisis, lo que no dejó tranquilo a nadie.
Camacho también guardó su Biblia y sus valores tradicionales para no resbalar en su aparatosa vida sentimental. Otros como Carlos Mesa, que había apostado tímidamente por visibilizar apuestas feministas, recogió rápidamente sus posiciones y caminó de puntillas sobre los temas de la agenda de género. Dios volvió al clóset, para que nadie saliera lastimado.
El voto
En la elección que hubo entre la campaña y la revuelta, Chi se colocó en tercer lugar con un 8,78% de los votos sumando más de 539.000 votos, que suponían más del doble de lo que logró el partido de la hoy gobernante Jeanine Áñez.
El resultado fue inesperado e incómodo para muchos. Unos hicieron autocrítica, pero la mayoría lo achacaron sólo a un voto castigo de la juventud contra el sistema. Las estructuras comunicacionales que acompañaron a Camacho primero y luego a Áñez copiaron lo bueno y alejaron lo malo. Alguien decidió que no había que darle más cancha al coreano y quedó marginado y ridiculizado por muchos medios hegemónicos.
En un análisis de los resultados de aquella elección fallida se detectó que Chi Hyun Chung había ganado votación, sobre todo, en los barrios urbanos y obreros. En Tarija, concretamente, en los barrios entre la primera Circunvalación y el trazo de la segunda, es decir, las grandes aglomeraciones urbanas de Lourdes, Constructor y Mercado Campesino, esos mismos barrios donde proliferan como setas las iglesias evangélicas.

Alguien le dijo al MAS que ese voto volvería a sus brazos en una segunda vuelta contra Carlos Mesa. Nadie lo escuchó. La encuesta de Tu Voto Cuenta publicada el pasado miércoles y que precipitó la caída de Áñez también consultó hacia dónde irían los votos en el caso de que su candidato no participara. En el caso de Chi, el 61% se iría al MAS y el 32% a Mesa. La misma encuesta ya le está dando un 4,4% de intención de voto a Chi, y su campaña apenas ha empezado.
Los estrategas creen que crecerá, pues Áñez también tenía un voto religioso importante que puede volcar a Chi, ya que – dicen – no es un voto racional sino pasional y que no buscan gobernar, sino abrir camino. El camino de la Fe.